Capítulo 44

5.9K 802 424
                                    

Multimedia: Shawn Mendes-  Treat You Better

Mis ojos escudriñaron sus ojos como si fuera un fantasma

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mis ojos escudriñaron sus ojos como si fuera un fantasma. Su mentón y parte de sus mejillas tenían una leve sombra y olía a loción de afeitar, además de que no iba vestido de negro como usualmente lo hacía, ahora tenía una camisa de mangas cortas azul oscuro y unos jeans negros. Tenía sus manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón e igual que yo estaba mirando cada detalle.

—¿El ratón te comió la lengua? —inquirió divertido.

—No, no lo ha hecho. ¿Qué haces aquí?

—Vine a ver a Caro competir. —Alzó sus hombros. Asentí.

Silencio.

¿Qué se supone que debía decir?

Quizás pedir disculpas por no haberlo llamado después del baile. No lo sabía, solo guardé silencio igual que él, ambos nos mirábamos fijamente sin decir nada. Mis ojos escanearon de nuevo su rostro, sus ojos estaban apagados y en su mirada había tristeza y decepción. No me sorprendía ver eso, ya no lo hacía, había decepcionado a muchas personas, y simplemente ya me había acostumbrado a que me miraran así.

Pero eso no significaba que me gustará que me vieran con pena, con lástima.

—Aún usas la pulsera —susurró mirando mi muñeca derecha, seguí su mirada y vi el objeto que sobresalía del suéter.

—¿Por qué no la usaría?.

—Quizás porque ya no eres la misma de antes —habló, mirándome a los ojos.

—Eso es lo que dicen —dije, refiriéndome a sus palabras. Caminé hasta el frente del auto de Jazz y me apoyé en este.

—¿Y es cierto lo que dicen? —inquirió, imitando mi acción.

—Lo es —confirmé en un débil susurro.

El silencio se volvió a instalar.

Al principio éramos extraños, después fuimos amigos y ahora volvíamos al inicio, estando tan cerca y sin poder decir nada, en medio de la oscuridad de la noche cada uno era consumido por sus propios pensamientos, el aire frío de la noche erizaba mi cuerpo y en mi pecho crecía una presión, quería hablar, quería hacer preguntas pero no era capaz de hacerlo, por primera vez, el silencio con Derek era asfixiante, abrumador.

Llegamos a ese punto por tomar malas decisiones en momentos que creíamos que eran las indicadas, dejándonos llevar por el corazón e ignorando la razón para que al final hubiéramos sido consumidos por la perdición.

—¿Por qué lo haces? —cuestionó. Cerré mis ojos con fuerza al saber a lo que se refería.

—No lo sé —contesté sincera.

Era la verdad, a veces haces las cosas sin saber porqué lo haces, solo sucede, solo te dejas llevar y luego terminas tan involucrado que es difícil escapar.

El recuerdo de un amor ©Where stories live. Discover now