Capítulo 27

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Multimedia: Taylor Swift — I knew you ere trouble.

(1)  I knew you were trouble when you walked in

So shame on me now.

Le hice varios nudos a la tela y sonreí con orgullo cuando miré que estaba bien amarrada a la pata de la cama, me levanté del suelo y sacudí mis rodillas, caminé hasta el escritorio y lo corrí a un lado, intentando que no sonara mucho

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Le hice varios nudos a la tela y sonreí con orgullo cuando miré que estaba bien amarrada a la pata de la cama, me levanté del suelo y sacudí mis rodillas, caminé hasta el escritorio y lo corrí a un lado, intentando que no sonara mucho. Abrí la ventana y lancé por esta la cuerda hecha de tela.

Agarré entre mis manos la tela con fuerza, me senté encima del borde de la ventana, me di la vuelta con ayuda de la tela para colocar mis piernas rectas sobre la pared y fui bajando, las manos me temblaban y mi corazón latía desesperado. Si no podía salir por la puerta, salía por la ventana para verme con él.

Salté cuando me quedaban unos metros de distancia, cayendo de pie sobre el césped, sonreí con orgullo y me di la vuelta.

—¿Qué haces? —dijeron en un susurro tan débil que creí no haberlo escuchado.

Alcé la mirada hacia dónde provenía la voz, encontrándome con los ojos cafés de mi vecina.

—¿No deberías estar durmiendo? —inquirí.

Ella sonrió y se arregló un mechón amarillo que cubría su rostro.

—Tú igual, por lo que sé estás castigada.

¿Cómo lo sabe?

—Escuché los gritos de la semana pasada, creo que todos lo hicimos —aclaró.

Seguro que sí.

—Si alguien te pregunta por mí, no me viste.

Hizo una señal en sus labios de cerrado y sonrió.

Le devolví la sonrisa y traspasé el patio delantero, caminé hasta la esquina de la calle y el auto de Arthur estaba estacionado, abrí la puerta y me monté.

—Pensé que quizá no ibas a venir.

Volteé a verlo después de que me coloqué el cinturón de seguridad.

—Tenía que esperar a que mis padres se durmieran.

Se quedó en silencio y no dijo nada, solo asintió con la cabeza. Comenzó a manejar con calma por la ciudad, como si estuviera perdido dentro de su propia mente. Esa noche iríamos al club donde se organizaban las peleas, la banda de Caroline iba a estar allí, aparte de otros grupos que irían a competir. La idea no me emocionaba mucho, odiaba ver como las personas se golpeaban hasta casi matarse. Por eso Arthur me había ido a buscar cuando las peleas terminaron y solo quedaba celebrar. La ciudad parecía viva de noche, las personas salían a divertirse, a buscar una nueva aventura.

Los edificios vacíos de la vez pasada comenzaron a rodearnos, todo lucía silencioso. Era la escena perfecta para cometer un homicidio, no habría testigos, los gritos serían callados por el silencio. Y solo la noche sabría lo ocurrido.

El recuerdo de un amor ©Where stories live. Discover now