Capítulo 65

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Multimedia: Can't  be loved- Ellen King

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PENÚLTIMO CAPÍTULO.

Me dormí.

En la noche se desató una tormenta y en algún momento mi cuerpo se dejó llevar por el sueño, al despertar varias veces en la madrugada vi a Arthur en una silla junto a la puerta, según lo poco que me dijo la electricidad se fue debido a los fuertes vientos y no había nadie.

Él hizo guardia mientras yo dormía, no me sentía segura en el lugar.

Cuando desperté estaba sola en la habitación, los hechos de la noche anterior me hizo una bola el corazón, pude haberme ido a casa, estuve muy cerca de irme. Froté mi rostro con fuerza y tragué saliva.

Él sabía que me quería ir y no se enojó por ello, la persona que había conocido en los últimos días no era para nada la persona a la cual le tenía miedo. ¿Cómo podía ser dos personas a la vez? ¿Cómo podía darme miedo en algunos momentos y tranquilidad en otras? ¿Por qué creía que podía ayudarlo? Convencerlo de buscar ayuda.

Salí de la habitación en busca de Arthur, podía convencerlo de buscar ayuda, él estaba aterrado y podía usar eso en mi favor, podría intentar hacerle ver que todo estaría bien si me dejaba ir, si dejaba que llamara a mis padres y les dijera dónde estaba.

Cuando bajé a la planta inferior la soledad me dio la bienvenida, no había nadie ahí. En la cocina estaba el desayuno hecho y tapado, el silencio era abrumador y la luz del sol era la que iluminaba la cabaña. Comí el desayuno, esperando que él apareciera, que dijera algo sobre lo que había ocurrido la noche anterior pero cuando terminé el desayuno, él no había aparecido.

Seguía sin haber luz en el lugar, al salir al exterior la tierra estaba mojada sin importar que el sol estuviera ardiendo, lamí mi labio inferior y solté un suspiro tembloroso antes de echarme a andar en dirección del muelle.

Mi caminar era lento y pausado, mis nervios estaban a flor de piel y la sensación de estar siendo observada me daba escalofríos. Caminaba abrazada a mí misma, mirando por encima de mi hombro de vez en cuando y hacia los lados. Jamás había deseado tener a Arthur cerca como lo deseaba en aquel momento, necesitaba tenerlo junto a mí, necesitaba que el pánico que estaba creciendo en mi pecho desapareciera, que esas ganas de salir corriendo se extinguieran.

El crujido de las hojas y ramas bajo mis pies les daba un toque tétrico a las cosas, era como estar en una película de suspenso. El bosque, el sonido de los animales, el pánico...era horrible.

—Está bien, está bien —murmuraba una y otra vez mientras caminaba. Intentando tranquilizar mi respiración, intentando que mi corazón dejara de latir tan desesperado y que mis manos dejaran de temblar.

Seguí caminando por varios minutos, hasta que llegué al lago. Solté un suspiro de alivio cuando observé a Arthur en el muelle, tenía las piernas dentro del agua y en sus manos estaba algo, ya que movía una de ella. Sequé mis manos sudorosas con el short negro que tenía, acomodé la camisa y agarré mi cabello en una cola alta, intentando que la cara de pánico que debía de tener y los nervios no fueran demasiado evidentes.

El recuerdo de un amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora