Capítulo 1

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Capítulo 1

"Blink"

Ameliia cerró la puerta con llave detrás de ella y comenzó a caminar por las calles de New Orleans, guardó la pequeña llave plateada en el bolsillo de su vestido, el cual había pertenecido a su madre quien había muerto cuando ella tenía 15 años nadie le dio una explicación razonable por lo que nunca pudo tener un cierre. Su madre era una persona cariñosa y comprensiva por eso la quería demasiado y le dolió tanto su pérdida. Nunca conoció a su padre y su madre nunca se había tomado la molestia de contarle algo sobre él, de pequeña siempre tuvo sus dudas sobre el pero decidió guardarselas.

Al morir su madre quedó al cuidado de su tía (hermana de su madre) Camila, con quien nunca tuvo una buena relación, su madre tampoco solía convivir con Camila ya que sus maneras de ser no beneficiaban la comunicación. Ameliia vivió cinco tristes años con su tía y al cumplir la mayoría de edad esta no desaprovechó el mandarla a vivir sola en la antigua casa de su madre.

Sorpresivamente Ameliia logró conseguir un trabajo, ya que era muy raro que una mujer trabajará en esos tiempos. Su tía aún la ayudaba un poco con dinero cada mes pero cada vez era menor la cantidad y cayó en la cuenta de que tenía que hacer algo para mantener su economía estable.

Ameliia solía ir mucho a un pequeño bar-restaurante en donde conoció a Clarissa McCullough, la hija del dueño, Albert McCullough. Clarissa era una chica muy simpática de cabello rubio y muy risueña. Ella se ofreció a ayudarle a Ameliia a conseguir trabajo ahí mismo y después de días intentando convencer a su padre lo logró, le consiguió un trabajo de mesera el cual Ameliia agradeció.

Ciertamente no le pagaban mucho, pero era lo suficiente para ella pues no gastaba el dinero en cosas innecesarias, dio la vuelta en el callejón que le dirigía hasta la puerta trasera del lugar (por donde ella tenía que entrar), era una puerta de madera, la cual tenía escrito con pintura roja que cada vez se notaba menos "Solo Personal Autorizado".

Al entrar al lugar el olor a café y comida recién preparada le llenó las fosas nasales, en la cocina vio al padre de Clarissa y lo saludó como todos los días. En la despensa se encontraba su rubia amiga, la saludó con una sonrisa y ella la estrecho en un fuerte abrazo como todos los días. 

Clarissa también trabajaba para su padre para demostrarle que podía ser independiente, a pesar de trabajar para él, además que quería hacerle compañía a su amiga. Y porque estaba por cumplir los 21 y no quería ser una buena para nada.

-¿Cómo va todo?-dijo Clarissa con una gran sonrisa, con su mano retiró un mechón rubio que se había soltado, su cabello a veces parecía de oro, era brillante, muy largo y ondulado, unos hermosos ojos azules adornaban sus finas facciones. A Ameliia a veces le causaba gracia lo diferente que eran algunas veces pues la chica de cabello negro a veces era más conservada cuando se trataba de su vida y la rubia amaba platicar con todo el mundo.

-Muy bien- le respondió con una sonrisa-¿Contigo?

-Wesley ha estado preguntado por ti-habló la rubia con una sonrisa picara y le guiñó un ojo. Muchas veces Clarissa trataba de relacionar a Ameliia y Wesley pero nada nunca ocurrió pues ambos se veían como mejores amigos.

Ameliia solo se limitó a reir y negar, conoció al chico cuando eran pequeños pues sus madres era buenas amigas, Wesley era una gran persona, era muy alto con ojos color miel y pelo castaño y lacio on la cabeza Wesley es una gran persona y para nada feo es alto, ojos color miel, pelo lacio, era atractivo y Clarissa lo había admitido en varias ocasiones.

Ameliia caminó hacia la barra y ahí estaba Wesley atendiendo a una mujer que le guiñó un ojo de manera coqueta, cuando se retiró con un vaso en sus manos y Ameliia no pudo evitar mirarlo burlona.

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