33

32.2K 4.9K 5.3K
                                    

—¿De verdad tenías que insultar a su madre? —Le reprochó el pelinegro nada más había entrado a la enfermería.

Draco se encontraba recuperándose de algunos huesos rotos, a causa de los golpes que había recibido al azotar contra el suelo, Alastor Moody lo había encontrado en medio de una pelea con Ronald Weasley en el comedor, ambos habían insultado a sus respectivas madres y como Draco no podía permitir que absolutamente nadie dijera nada de su progenitora había cedido a sus impulsos y había atacado al pelirrojo que no se había percatado de nada.

Harry había intervenido y el hechizo destinado a su pelirrojo amigo le había rozado apenas la mejilla, causando un corte poco profundo, Moody creyó que Malfoy había intentado atacar a Potter por la espalda y lo transformó en un hurón albino, lo levitó bastantes metros y lo dejo caer bruscamente sobre el suelo, causándole un par de fisuras en las costillas, un brazo roto y dos dedos dislocados.

La intervención de McGonagall le había ahorrado un par de fracturas más. Al final lo habían regresado a su forma original y lo habían castigado por haber usado magia ofensiva contra un compañero, contra Harry Potter.

—Él se metió en mi plática —Se defendió el rubio sin mirarlo, Harry dejó la capa invisible en la mesita junto a la cama de su amigo y se sentó en la silla que Blaise acababa de desocupar.

—Te estabas burlando de su padre por la nota que salió en el profeta, es obvio que iba a saltar.

—Solo estaba diciendo la verdad, su padre es un inepto.

—¡Draco!

El rubio lo miró con desdén, odiaba cuando Harry defendía a sus Gryffindor ¿Qué no había sido suficiente castigo tener todas aquellas fracturas? Por supuesto que cumplir el resto del castigo junto a su padrino Severus en el laboratorio de pociones le había encantado.

—Si solo viniste a reprocharme mi mala conducta será mejor que te largues, Potter —Dijo recostándose y cerrando los ojos.

Harry duró por un instante, pero finalmente tomó asiento junto a la cama.

—Tienes que detener esto, Draco...

—Malfoy —Le corrigió, nunca lo dejaba llamarle por si nombre si estaba enojado.

—Ellos son mis amigos, me quieren y yo a ellos, son muy importantes para mi ¿Entiendes? Quiero que cuando les diga que tú y yo somos amigos ellos te acepten, pero no va a ser posible si sigues tratándolos así.

Por supuesto que Draco sabía aquello, pero no podía evitar aborrecerlos, sobre todo a Weasley que le había arrebatado la oportunidad de ser abiertamente el amigo de Harry Potter, Ronald Weasley, quien no había hecho más que tirar mierda sobre él y su familia desde que había conocido a Harry, un Harry totalmente ajeno al mundo mágico, un Harry que fácilmente pudo haberse dejado llevar por aquellos rumores sobre su familia.

Pero claro que aquello solo era una parte de la verdadera razón de Draco para tratar mal a los Gryffindor, estaba el asunto de que las serpientes y los leones eran enemigos por naturaleza, y después el hecho de que no quería que nadie más supiera sobre su amistad con Harry, entre más despreciable lo vieran los demás era más difícil que sospecharan que él y Potter se encontraban por las noches en un aula en desuso o que mantenían contacto a través de una libreta encantada, si sus padres estaban aún con los mortífagos tenía que proteger al pelinegro y si eso significaba portarse como una total espinilla en el trasero iba a hacerlo.

—A mí no me interesa ser aceptado por nadie —Replicó con verdadero repudio.

—Eso ya lo sé, pero ellos son importantes para mi y...

Draco Malfoy y el príncipe de GryffindorWhere stories live. Discover now