56.

32.5K 4K 4.3K
                                    

Después de correr hasta la torre de Ravenclaw bajo la capa de invisibilidad, haber visto la estatua de la fundadora de aquella casa y de haberse librado apenas por los pelos de Alcto Carrow, a quién Draco y Luna habían aturdido al mismo tiempo y de su hermano Amycus (a quién Potter había lanzado un Crucio y luego una imperio cuando había ofendido a la profesora McGonagall.

Sin embargo nadie parecía tener pista sobre la diadema perdida y los Carrow ya habían llamado a Voldemort al pensar que habían acorralado a Harry. No había tiempo, Voldemort seguramente ya se había percatado de que el guardapelo no se encontraba en la cueva, ya había confirmado que el anillo había desaparecido de su escondite en casa de los Gaunt y sabía que Potter y sus amigos tenían la copa.

Con la promesa de McGonagall de sacar a todos los alumnos de ahí y de que protegerían el castillo y tras hablar con el resto de los profesores Harry, con Flitwick más específicamente, llegó a la conclusión de que debían hablar con el fantasma de Ravenclaw, pues seguramente ella sabría algo, la más pequeña pista era esencial en su búsqueda.

Draco sabía que solo los profesores no podrían detener a Voldemort para siempre, sabía que necesitarían ayuda, mucho más ayuda que solo la ED y la Orden del fénix, sabía la cantidad de mortífagos que habían bajo el mando de el-que-no-debe-ser-nombrado y lo eficaces que podían llegar a ser aquellos hombres que en conjunto con los carroñeros eran un ejército leal y poderoso.

Tenía miedo, debía admitirlo, porque, cuando había salido de Malfoy Manor y había pasado aquellos días de tranquilidad en la casa de Bill y Fleur Weasley junto a Harry, Ronald, Granger, Luna, Dean Thomas, el señor Ollivander y aquel duende traicionero nunca hubiera pensado que la batalla final estaba tan cerca y podía sentirlo tan nítido como sentía su corazón, era tan claro como el sudor frio que recorría su cuerpo, Voldemort estaba de camino, sabía que estaban destruyendo sus anclas a ese mundo y no iba a dejar que siguieran avanzando, tomaría aquella oportunidad para cumplir con la profecía dictada diecisiete años atrás, aquella que decía que solo Harry Potter podía matar a Tom Riddle y viceversa.

Tenía miedo por el futuro incierto, por lo que vendría en la próximas horas, él sería uno de los blancos principales de los mortífagos, era un traidor, y a los traidores solo se les podía hacer pagar con la tortura dolorosa y la muerte. Tenía miedo porque sabía que después de casi tres meses (el tiempo que les tomó planear su asalto a Gringotts) volvería a ver a sus padres quienes a los que seguramente se les había asignado reparar su error directamente y Draco no podía asegurar que su padre le perdonara la vida, aunque Narcissa era otro caso.

Cuando Helena Ravenclaw terminó de contarles su trágica historia y después de enlazar los sucesos como una red ambos llegaron a la misma conclusión, la diadema se encontraba en la sala de los menesteres, Harry la había usado para identificar el armario donde había escondido el libro de pociones de Snape durante el año pasado y Draco la había visto cuando había terminado por fin de arreglar el armario evanescente.

Ambos tenían clarísimo que era lo que buscaban y estaban dispuestos a correr directo hasta su destino, fue cuando cruzaban justo frente al gran comedor que se encontraba lleno de alumnos que la voz de Voldemort irrumpió en el castillo.

—Entréguenme a Harry Potter y a Draco Malfoy—dijo el lord con voz siseante, como de serpiente— y nadie sufrirá ningún daño. Entréguenme a Potter y Malfoy y dejaré el colegio intacto. Entréguenme a ambos muchachos y serán recompensados. Tienen tiempo hasta la medianoche.

Draco se quedó helado, sabía que el lord no perdonaba a los tridores, pero de ahí a pedir abiertamente su cabeza...

Miró a Harry, el chico estaba rígido y lo miraba como su estuviese sumamente preocupado, como si le estuviese ocultando algo vital, algo de importancia. Harry sabía, Harry sabía porque el lord lo quería y no se lo había dicho ¿Acaso él era tan esencial para la profecía como el mismísimo Potter? Lo dudaba, había escuchado de Severus todo acerca de ella y no lo implicaba para nada ¿A caso había hecho algo sin darse cuenta? ¿O era que su poder podía compararse con el de Potter o el del mismísimo Lord Voldemort? Lo dudaba.

Draco Malfoy y el príncipe de GryffindorWhere stories live. Discover now