No entendía que había pasado, como dejé que ella me hiciera adicto a su cuerpo, la deseaba, la deseaba tanto que era inevitable pensar en ella, ahí estaba con su sonrisa y con sus caricias embriagando mis pensamientos que me hacían actuar sin pensar casi la mayor parte del tiempo. Ella era la dueña de mi tranquilidad y no lo quería aceptar. Sus besos llenaban mi mundo de alegría y su mirada iluminaba mis días, cada cosa que ella hacía era como la mejor azaña que jamás había presenciado. Se había apoderado por completo de mi, de cada trozo de mi alma y de cada parte de mi corazón. Le pertenecía en cuerpo y alma, pero tenía mucho miedo de demostrárselo porque no quería que me convenciera de mudarme a vivir con ella, ni estaba preparado para convertirla en mi esposa.
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Amándola en Silencio (Libro #1)
NovellaNo sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita. De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso...