No sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita.
De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso...
Sebastian era un poco complicado de entender. Sabía que le faltaba algo a su vida, pero nunca me atreví a preguntar de que se trataba. Nunca me confió su amor y de pronto me llegué a sentir como una intrusa por robar lo poco que me podía brindar, tan sereno y tan distante. Así de simple como un caudal hacia adelante con las ganas de amar, pero con miedo de enamorarse. Era confuso estar en su vida, en cuanto me hacía sonreír era como si recordara que él no estaba hecho para tan bonita hazaña y en un segundo rompía frente a mí aquella burbuja llena de dulzura que me entregaba. Yo no podía entender como es que lograba ser tan noble y al mismo tiempo tener miedo de convertirse en la felicidad de alguien más.
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