No sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita.
De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso...
Esa noche le demostraría todo el amor que sentía por ella, nos la pasaríamos juntos todo el amanecer, quería que se sintiera más importante de lo que ella me había hecho sentir a mi. Y en cuanto entré a su apartamento descubrí que no estaba sola que había alguien acompañándola, que ya no era tan mía como pensé, tanto tiempo había dejado pasar, ella era de otro. Seguramente estaba con él en su hermosa habitación de mujer creativa, seduciendolo, enamorandolo y cautivandolo. Me llené de rabia no soporté imaginar las manos de otro hombre acariciando aquella suave piel, aquella piel que se estremecía cada vez que tocaba un centímetro de ella. Caminé un momento y encontré unos chocolates y un collar, él si era detallista. Ella se lo merecía a él, seguro era Andres en un año pudo darle lo que yo dejé de darle en tanto tiempo. Se iban a casar pude ver la caja del anillo de compromiso en el comedor, junto a muchos pétalos, una botella de vino abierta y las velas rojas que iluminaban solo un poco aquel lugar.
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