No sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita.
De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso...
El día que comencé a salir con Andres, fuimos a un zoológico para celebrar. Sentía como poco a poco llegaban los logros a mí, conseguí un empleo y participaba en exhibiciones de fotografía, desde entonces no paraba de tener éxito y de cierto modo eso me mantenía con ánimos a pesar de no tener a Sebastian a mi lado. Andres era un novio maravilloso y yo me esforzaba mucho para quererlo, nadie más que él se merecía todo lo bueno que pudiera habitar en mi. Juntos logramos obtener otro diploma en fotografía, me gustaba la afición que compartíamos por las mismas cosas; las mismas metas, los mismos logros y los mismos sueños. Conocer a su familia me hizo entender que no debía tenerle miedo a la soledad, porque en cualquier momento encontraría personas que estuvieran esperándome con sus brazos abiertos, listos para brindarme; cariño y amor.
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