Capítulo 11

4.9K 664 17
                                    

Rose seguía recordando una y otra vez los sucesos ocurridos durante la noche anterior. Se había equivocado tanto con Lord Edmond, no era el caballero que ella creía. Dejarla en la terraza sin pensar que podría ser encontrada por cualquiera, besarla e irse sin más. Creyó haber encontrado a su amado y lo único que halló fue un granuja que se burló de ella y sus sentimientos. Tener un sinvergüenza como hermano no la había preparado para hacer frente a uno, se preguntaba cómo reaccionaría su hermano si se enteraba. No mejor no pensar en eso, si estaba pensando en batirse a duelo con sus amigos si alguno se acercaba a ella peor sería con alguien a quien no conocía. Además el había dicho que se marcharía inmediatamente a estas alturas estaría ya en camino, mejor olvidarse de todo y seguir adelante. Pero cómo hacerlo cuando le dolía tanto haber sido engañada? Había caído como una tonta. Y ahora estaba en deuda con Lord Rickford si él no la hubiera ayudado seguramente habría sido imposible regresar a la sala sin que nadie se diera cuenta. Cuando su madre la encontró en el salón de descanso le pidió que se fueran pues no se sentía bien y era cierto tenía el corazón roto. Al quedarse sola en su cuarto había llorado pero hoy era otro día y no derramaría más lágrimas por un canalla.
Al bajar las escaleras vio los ramos de flores que diariamente llegaban a su casa de parte de pretendientes y amigos pero hubo uno que le llamó la atención, era un ramo de rosas de color rosa con un lazo del mismo color, sonrió ante eso, al parecer un pretendiente quería ganar puntos con ella recurriendo a su nombre. Era un arreglo precioso se acercó a ver la tarjeta y al abrirla sonrió de oreja a oreja.

Sonría, Lady Rose sonría. No nos prive a los mortales de la luz de sus ojos al sonreir.
Rickford.

Se encontraba agradecida con el duque por su ayuda y al enviar ese ramo con tan hermosa nota le hizo ver lo injusta que había sido con él desde el momento en que lo conoció. Ayer mismo al reconocerlo en la terraza se sintió temerosa pero sus acciones demostraban su sentido del honor, él nunca le haría daño pues ella era hermana de un gran amigo suyo. Que avergonzada se sentía por su reacción hacia el esperaba poder tener un momento a solas para poder agradecerle adecuadamente.
Mas tarde se encontraba tocando el piano para relajarse cuando su madre y hermano entraron con cara de pesar a la sala de música.
- Rose mi niña debo darte una noticia que sé te pondrá triste. Comenzó su madre.
-Yo siempre supe que ese no traía buenas intenciones. Dijo Robert con desdén.
Su madre se volvió para darle una mirada de reproche y con cara de pesar hacia ella continuó
-Lord Edmond ha partido a Francia.
Rose se imaginaba a su madre acongojada por ella para nadie había sido un secreto que ella esperaba una propuesta de Lord Edmond, así que decidió decir la verdad o la parte que podía decir les sin causar problemas.
- Ya lo sé madre, ayer durante el baile me lo dijo y aunque su partida así tan derrepente me entristeció he decidido que no me seguirá apenando pues él no ha tenido en cuenta mis sentimientos que tan cristalinamente he mostrado. Así que no se preocupe por mí, los compromisos se concertan o no y al final todo queda olvidad, usted misma lo dijo.
Su tono fue calmado pero estaba segura que podían ver sus ojos húmedos, expresar en voz alta lo que pensaba a su madre y hermano no había sido fácil. Vio a su madre mirarla con mayor pena y a Robert volverse furioso. Algo le estaban ocultando.
-Qué pasa? Preguntó
- Ese francés se fue dejando a una dama con la reputación arruinada. Espetó su hermano.
Alguien la había visto? Pero...
- Lady Juliana apareció por una puerta de la terraza y estaba en tal estado que todos voltearon a verla, la pobre estaba llorando su madre se la llevó inmediatamente y cuando lograron sacarle lo que había pasado y sus padres fueron a reclamar a Lord Edmond ya había partido. Lady Juliana se ha retirado al campo junto con su familia, los rumores han corrido rápidamente. Yo estuve presente cuando entró Lady Juliana al salón lo demás me acabo de enterar por una nota de Lady Enma y a ella alguien mas se lo ha contado.
Rose se levantó y pidió permiso para retirarse no creía poder seguir reteniendo las lágrimas. Robert parecía querer retenerla pero su madre negó con la cabeza.
Había prometido no llorar por él esa misma mañana pero no pudo cumplir con su promesa.

Casi perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora