Capítulo 16

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-Bien si ninguno de los dos tiene objeción a las reglas podemos comenzar. Beaufort y yo como sus padrinos hemos verificado las armas, sables en este caso, encontrando todo en orden. El duelo es a primera sangre intenten no dañar al oponente en lugares de peligro, en caso sea necesario un médico está esperando en un carruaje — dijo James muy serio.

Stephen pensaba dejarse ganar el duelo, Robert necesitaba sentirse resarcido en su orgullo, pero pensaba darle pelea. Sólo esperaba no salir demasiado herido, con el moretón en la mandíbula ya tenía bastante.

- En posición — dijo James

Iniciaron con el saludo de rigor y se lanzaron al ataque.

- Crees que tarden mucho? Preguntó Beaufort
-Siempre les ha gustado hacer combates largos; fue por eso que elegí este tipo de duelo, espero se calmen los ánimos — respondió James—Desde cuando tú y Rickford son tan cercanos que te trae como padrino? debe confiar mucho en ti. Demás está decir que nadie se puede enterar del motivo de este duelo.
-Estás celoso James? — preguntó sonriente William — Rickford y yo tenemos un pacto de caballeros. No te preocupes, de mí no saldrá ni una palabra.
James asintió con la cabeza y continuaron mirando el duelo.
- Robert permitirá el cortejo luego de acabado el duelo?
- Eso espero, Stephen se ve decidido.
-Jamás creí ver el día en que Rickford se enfrentara a un duelo por amor — dijo William con una sonrisa burlona — cuando me lo encontré en la India me dio su discurso acerca de las razones por las que era mala idea el matrimonio. Yo no necesitaba ser convencido pero aún así sus palabras me parecieron ciertas y razonables.
- Así pasa cuando uno encuentra a la mujer indicada, estuve a punto de ver  casada a mi Enma con otro por mis propios argumentos contra el matrimonio así que apoyo a Stephen.
- Estás perdido por tu esposa, no seas tan evidente hombre. Dónde está tu orgullo?
- Mi orgullo es mi esposa y el hijo o hija que está esperando. Los demás pueden pensar lo que quieran. Dijo James con toda tranquilidad.
- Felicidades por tu inminente paternidad, cuida que tu hijo no termine odiándote. Dijo William tomando un trago de su bebida.
- Gracias, viniendo de ti creo que es un deseo expresado con honestidad.
-Creo que entre tú y Rickford locamente enamorados el pobre Robert se está quedando sin amigos — dijo Beaufort cambiando de tema.
- Te estás ofreciendo como amigo de juergas?
- No ésta temporada, planeo casarme. La próxima ya debo tener enamorada a mi esposa esperándome devotamente en el campo, puede que nos encontremos entonces en alguna fiesta.
James se atragantó con su bebida lo que llamó la atención de los duelistas quienes lo miraron extrañados.
- No se preocupen por mí, continúen — les dijo haciendo un gesto con la mano para descartar cualquier problema — No puedes estar hablando en serio. Con quién te casas? No he escuchado algún rumor.
- Te agradezco la preocupación. No has escuchado rumor alguno porque aún no he comenzado mi caza.
- Espero sinceramente tu matrimonio sea tan bueno como el mío.
- No escuchaste lo que acabo de decir? Dije que planeó enamorarla no que yo termine estándolo también.
- Uno nunca sabe. Dijo James sonriendo.
Beaufort iba a discutir sobre eso cuando Robert se lanzó sobre Stephen alcanzando a herirlo en un brazo.

- Maldición, esperas dejarme sin brazo Robert?
- No te quejes que has salido bien librado, dónde está ese médico?
Robert limpió el sable y lo dejó sobre la mesa. En ese momento se abrió la puerta y esperando fuera el médico nadie pudo evitar que Rose viera a Stephen sentado con el brazo ensangrentado.
- Oh Dios que ha pasado aquí? Escucharon decir.
Todos dieron la vuelta sin poder ocultar el asombro de verla de pie a mitad de la sala. Stephen que había permanecido con los ojos cerrados por el dolor los abrió y vio venir a su dama de ojos verdes dispuesta a defenderlo.
-Robert se puede saber que está pasando? Desde ayer están actuando muy raro. Ayer era una riña en el despacho y hoy una herida en el brazo — su mirada furiosa se suavizó para concentrarse en el duque.
Se encuentra bien su excelencia? — Tomó asiento a su lado e intentó examinar la herida — Robert dame algo para cortar la camisa y unas toallas, qué hacen ahí parados? Hagan algo!
- Permítame — dijo Beaufort sacando una navaja de su saco y cortando la camisa dejándole parte del torso desnudo.
Rose no pudo dejar de mirar al duque, escuchó a alguien aclararse la garganta y unas toallas aparecieron frente a ella.
- No dejan de sorprenderme tus amistades Robert, no muchos caballeros llevan una navaja guardada entre sus abrigos.
Dirigió su mirada al desconocido —Muchas gracias — le dijo.
- El vizconde Beaufort vino con Stephen, Rose se puede saber qué haces aquí? Está sala no es para ti y ahora menos. Le increpó Robert.
- El administrador de la finca está aquí y quiere verte con urgencia —dijo mientras limpiaba la herida como si lo hiciera siempre — Yo me ofrecí a buscarte sin saber de tus actividades con tus amigos. Vi a Jhon salir de aquí así que entré. Espero que ese médico no tarde mucho está perdiendo mucha sangre.
- Le agradezco preocuparse por mi pero estoy seguro no es nada grave. Fue un error tonto durante la práctica. Dijo Stephen tomando su mano.

La puerta volvió abrirse y está vez sí era el médico seguido del lacayo que había ido por él.

- Permítame mi lady.
Rose indicó el otro lado de la banca sin dejar su lugar al médico ni soltar la mano del duque. Dejando su maletín en el lugar indicado el médico se acercó y examinó la herida.
- Es un corte profundo pero no es de consideración, unos puntos y reposo es lo que se necesita. Debería beber algo fuerte — se dirigió al duque, volviendo su mirada a Rose dijo — usted debería esperar fuera no es un espectáculo bonito ver cómo cosen a alguien.
Stephen viendo que iba a protestar apretó su mano obligándola a mirarlo.
- Por favor Lady Rose es posible que llore como un niño en cuanto inicie el médico, permítame mantener mi dignidad.
- Ustedes lo único que quieren es deshacerse de mí. Bien, los dejo. Estaré esperando noticias en la sala de música. Robert le diré a tu administrador que siga esperando.

Stephen vio partir a Rose y lamentó mucho dejar de sostener su mano pero aunque no iba a llorar seguro iba a quejarse y maldecir un par de veces y ella no podía estar presente.

- Preparado? Preguntó el médico.

Stephen tomó la botella de licor que Robert le alcanzó y asintió.

- Haga lo que tenga que hacer, que sea su mejor trabajo. La dama que acaba de salí es mi futura esposa y necesito comenzar el cortejo.

Eso le valió las risas del médico y sus amigos a excepción de Robert quien lo maldijo.

Casi perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora