Capítulo 30

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Sentada frente a su hermano, Rose, esperaba con impaciencia un reproche.

La noche anterior había trasgredido muchas normas y aunque el ayuda de cámara de Robert fuera muy leal, nada aseguraba que otras personas del servicio no podrían haberlos vistos. Sin embargo, su hermano parecía inmerso en sus propios pensamientos. Tenía la mirada sobre ella como decidiendo cuál sería su destino.

Una batalla de miradas no parecía buena idea pero ella no se quedaría tranquila. Con una mirada desafiante y años de experiencia sacando de sus cabales a su hermano decidió no esperar más.

- Si estás muy ocupado y no puedes poner en orden tus ideas Robert...

- ¿Mis ideas? A quién parece que debo llamar al orden es a tí.

Ahí estaba esa mirada otra vez. Robert estaba maquinado algo y ella no estaba dispuesta a ser castigada como una niña.

- Si te refieres a mi encuentro con Stephen por la noche debo recordarte que todo sucedió gracias a tu terrible estado de embriaguez.

-¡En camisón! ¡Conversabas con él en camisón!

Bien. Ese detalle era muy importante y era el problema principal de todo el asunto, porque el tono que Robert utilizo no era nada que ella hubiera escuchado nunca.  Pero no se dejaría intimidar.

- Sí, se que no era lo adecuado.

- ¡No era lo adecuado! Es una frase muy simple para lo que sucedió. Esperaba un mejor comportamiento de tu parte. ¿En qué estabas pensando?

- ¡No fue mi culpa! ¡Stephen salió de tu recámara y yo estaba en mi casa caminando sin temor a causar ningún escándalo!

Se sintió tonta porque las lágrimas estaban a punto de estallar cuando minutos antes ella tenía toda la intención de salir de esta discusión como una mujer fuerte que demostraba que tenía razón y hacia valer su punto de vista.

- Rose,no. No llores, no quise gritarte. Perdóname. Ha sido mi culpa. Yo te he metido en este problema y yo solucionaré todo.

Con su hermano arrodillado a su lado, dándole un pañuelo, intentó seguir razonando con él.

- No me has metido en ningún problema Robert. No tienes que solucionar nada. Stephen fue un caballero. Solo fue un breve momento, yo pregunté por tí. Solo eso.

Quizá estuviera omitiendo ciertos detalles pero Rose no tenía intención de enredar más el asunto.

- ¿ El se portó bien contigo? Hoy mismo hablaré con él. Como el caballero que es, vendrá y hablará contigo. Tu no te preocupes.

Fue en eso momento que Rose se temió lo peor. Las lágrimas olvidadas por un terrible presentimiento.

- ¿De qué hablas? Stephen y yo no tenemos nada más que hablar sobre lo sucedido anoche. Me invitó a ir con él al baile al que yo tenía agendado hoy. Creo que lo hizo para sacarme del apuro porque yo estaba un poco nerviosa...

Cuando terminó de decir la frase que solo se le había ocurrido para tranquilizar a su hermano termino pensando que podía ser cierto. Sintiendo un dolor en su corazón y con ganas de irse puso una sonrisa en su rostro para terminar de convencer a su hermano. Porque si lo conocía bien la única forma de solucionar el problema que se había causado...

- ¿ Te invito a un baile? Esto no se soluciona con un baile. – Y con toda determinación dijo– Él vendrá a pedirte matrimonio.

Y con eso salió del estudio. No sin antes darle un beso. Rose seguía sentada cinco minutos más tarde en el mismo sitio pensando en como solucionar tremendo enredo.

Casi perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora