Capítulo 35

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Rose estaba orgullosa de sí misma. La reunión estaba acabando y ella no había dado una mirada a Stephen. Entre Enma y el Marqués Bristol  la mantuvieron tan ocupada que fue muy fácil

Rose entendió a que se refería Enma cuando mencionó un plan para ayudarla. Tenía que estar pensando en lo que algún chisme sobre el periódico y el posible anuncio de matrimonio que nunca llegaría podía hacer a su reputación. Y todo por un vals, si supieran todo ella estaría de regreso al campo totalmente arruinada.

Si el plan era que Lord Bristol, un hombre que podía estar en la cúspide de las listas de mejores partidos en el mercado matrimonial de cada temporada, mostrara interés en ella y así convencer a todos que ella estaba como todas las damas de la temporada  en la búsqueda y no había quedado plantada esperando al duque, el plan se estaba logrando.

Lord Bristol le había prestado toda su atención desde su llegada, madres e hijas le lanzaban miradas de envidia o intriga. Si esto le hubiera pasado hace unas semanas ella estaría en un sueño. Dos excelentes partidos disputando su amor, pero nada era cierto, no se disputaba nada y definitivamente no había amor. Sus sentimientos por Stephen eran fuertes, la ponían nerviosa, y la hacían sentir cosas extrañas en todo el cuerpo. ¿Cuándo llegó a sentir tanto por él?  Se había negado así misma esos sentimientos y cuando le dieron la oportunidad de creer en su buena suerte y pensaba que Stephen le propondría matrimonio había perdido una batalla que ni sabía estaba librando. En una mañana había construido castillos en su mente y tán rápido como los construyó se habían desvanecido. Y se decía a sí misma que no podía ser amor si no era correspondido. El amor tenía que estar en alguna parte, simplemente le había rehuido esta temporada. 

Agradecía saber de antemano de lo que trataba la reunión o habria como quedado como una tonta las veces que alguien le preguntó su parecer y en definitiva descortés con Lord Bristol cuando ni estaba prestando atención a sus palabras. 

Con la reunión llegando a su fin y teniendo a la mayoría de los asistentes convencidos de la importancia de sus donativos, y como eran apreciados por ello, Rose  con más valentía de la que tenía se acercó a la duquesa quien la estaba llamaba haciéndole señas. Vio a Stephen de pie al lado de su madre, Enma y James estaban también acudiendo al lado de la duquesa, se dispuso a mostrar la mejor de sus sonrisas en los próximos minutos. Rose agradeció en silencio el que Lord Bristol le acompañara aún. 

- Su excelencia, una reunión exitosa. -Dijo dirigiéndose  a la duquesa e ignorando a Stephen.- Estoy segura que el proyecto estará totalmente financiado para el final de la temporada. 

- Todo gracias a Lord Bristol. Ha encantado a todas. - contestó la duquesa con una sonrisa conspiradora detrás de un abanico. - Estaba segura que tenía que ser él mismo quien presentara el proyecto.

- Y yo pensando que era mi intelecto quien había ganado todos los aplausos. - Respondió Lord Bristol divertido.

Risas se pudieron escuchar en el pequeño grupo. Rose estaba feliz de ser parte de aquello, personas mostrando alegría genuina y bromeando entre ellos. 

- Lord Bristol, su exposición ha sido brillante. Encanto y detalle en los datos. Lo justo para no aburrir y mantener interesado al difícil público presente. - argumentó Rose. Ella había escuchado poco pero era verdad que todos quedaron encantados con sus palabras.

- No sabe lo felíz que me hace con ese comentario Lady Hamilton. -respondió Lord Bristol. 

Si Rose no supiera que era todo un plan de Enma habría creído en un genuino interés del marqués por ella.

Haciendo una señal con la cabeza a su madre, quién se encontraba con unas conocidas, Rose comenzó con las formalidades para despedirse. Cuando su madre llegó junto a ella pretendía hacer una reverencia y retirarse sin tener que hablar con Stephen,si tan solo Stephen no fuera un sinverguenza y le hubiera tomado la mano para besarla. Como si no fuera hace un par de horas que le había dejado claro que no quería casarse con ella. 

Rose terminó con una mano en el brazo del marqués, que se ofreció como su escolta hasta la puerta de su carruaje, y la otra siendo sostenida muy cerca de los labios del duque. Los presentes claro que se dieron cuenta de la poco convencional situación en medio de la sala. Ya eran pocos los que aguardaban para despedirse pero los abanicos comenzaron a moverse para tapar los lsbios pero no podían hacer nada ante el sonido de la ola de cuchicheos.

- Esperaré con ansias recogerla para ir al baile Lady Rose. – una imperceptible caricia de sus labios y una mirada que volvió gelatina los huesos de Rose. Su nombre dicho con tanta intimidad sería el chisme de la noche.

Sabía que tenía que decir algo pero se quedó muda. Si no estuviera apoyada en el marqués habría caído en los brazos de Stephen como había visto hacer a muchas damas antes. Fue su madre quién salió a su rescate diciendo lo entusiasmadas que estaban de ir en su compañía. Enfatizó a Robert como el causante de tamaña deferencia de Stephen hacia ellos y salieron en retirada junto a Emma y James.

Agradeciendo una vez más a Lord Bristol y robando un minuto a Enma mientras los hombres se despedían le agradeció el haber obtenido la ayuda del marqués en esa tarde.

- Rose, no seas tonta. Nadie le ha pedido ayuda a Bristol. Él ha mostrado su interés por tí. Era de eso que la duquesa y yo hablamos. Bristol y tú serían una pareja ideal. ¿ No lo crees?

Y con eso se despidió y subió a su carruaje junto a su adorado James.

Al llegar su carruaje el mismísimo Lord Bristol le ayudo a subir y al asomarse por la ventanita y mirar la imponente mansión pudo ver a Stephen observándolos. Deseó poder ser más valiente y mejor actriz para mirarle con determinación demostrándole que no le afectaba,pero, no lo era y ella había terminado con lo de mentirse a sí misma.

Stephen le afectaba, se había enamorado de él.

Casi perfectaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon