Final - Matthew

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Matthew se dedicó a seguir a Alfred de un lado a otro –aunque en realidad era el estadounidense quien lo arrastraba– hasta que la escuela fue construida. La junta en la que la currícula fue decidida y los universitarios se repartieron las tareas fue larga, por no decir confusa, y la idea de tener otro tipo de clases a las normales inició porque a Yekaterina se le escapó el que Natalya era bailarina de ballet. Matthew fue apuntado como profesor de hockey, cosa en la que Alfred insistió que él se encargaría de hacer la pista, y él simplemente asintió conforme.

Desde que las clases iniciaron, el canadiense, junto con la bielorrusa, el noruego, Feliciano, y todo el resto del staff de profesores; fueron quienes tuvieron la rutina más calmada y normal de todos los habitantes de Belafari. Tenían un trabajo fijo y tranquilo, y por la naturaleza de sus actividades no se les requería la asistencia a revisiones y otro tipo de tecnicidades más allá de las juntas de siempre.

—He querido una vida así de pacífica y calmada desde que dejé mi departamento en Ottawa. —comentó un día Matthew, cuando (T/N) y él se encontraron al final de las clases.

No se oía mucho de él, pero eso era de esperarse. Tampoco se oía de sus compañeros de trabajo. Estaban haciendo cosas, sí, pero se encargaban de las tareas que pasan desapercibidas a todos los demás. Lo que hacían era tanto o incluso más valioso que las construcciones que Alfred y su equipo levantaban y de las que todo el mundo se enteraba porque... bueno, porque obvio. No tenían noticias a su alrededor como Arthur cada vez que volvía de quién sabe dónde. No salían al campo ajetreados como Antonio y Yekaterina, cada uno para lo que hacía, y no se les veía correr por las calles en busca de algún herido, como a Yao. Nunca generaron una atracción de turistas hacia ellos –Feliciano es la excepción a esto– como lo hicieron Lovino con su ropa y Ludwig con sus relojes. Mejoraron la ciudad en silencio y con tranquilidad, y nadie les agradeció hasta que (T/N) decidió hacer algo al respecto.

Las entrevistas que hacían Vladimir y su equipo fueron la oportunidad perfecta que tuvo la (nacionalidad) para hacer que el mundo conociera el valor de lo que hacían los profesores de la única escuela en toda la periferia. Les hizo tomar conciencia de la gran tarea con la que cargaban que no necesitaba noticias pero sí agradecimientos.
Estaban criando y educando a la primera generación de niños que crecerían en la transición de la Sequía a... lo que sea que estuvieran creando en ese momento.

—Pero está bien, en realidad. —insistía Matthew.— Ser el centro de atención es demasiado cansado; prefiero ser parte del supporting cast.

Las semanas transcurrían con normalidad y (T/N) se dedicaba a su tarea de inspeccionar la escuela. Cuando llegaba el invierno, ayudaba al canadiense a llevar a los niños afuera para jugar en la nieve y patinar en el hielo no-unifrome que se creaba en la plaza y áreas planas.
Era una buena práctica para su equilibrio.

—Está bien si se caen. —indicaba el canadiense a sus alumnos, la (nacionalidad) observando desde atrás.— Yo me caigo de cuando en cuando también. Pero hay una cosa que sí deben saber: si van a caer, mejor caigan hacia delante.
—¿Y eso por qué? —preguntó una de las niñas, levantando la mano.
—Hacia delante puedes poner tus manos. —explicó Matthew.— Hacia atrás también, pero es más probable que te resbales si lo intentas. Si te caes hacia atrás, podrías lastimarte la columna o, en el peor de los casos, la cabeza. —hizo una pausa, suspirando.— Y si eso sucede, (T/N) aquí tendría que ayudarme a llevarlos corriendo donde Yao.

Parte de los niños rio por lo bajo en complicidad y prosiguieron con la clase. Todos los días de invierno en que tenían clases con el canadiense, (T/N) los acompañaba a la plaza y les observaba patinar. Peter comenzó a armarse de valor para soltarse de su grupo de amigos o del profesor y deambular por el hielo con cuidado, así como el resto de los niños comenzaba a encontrarle el truco y acostumbrarse a la sensación de un hielo no-uniforme como el que tenían dentro en la escuela.

Agua, por favor [Hetalia]Место, где живут истории. Откройте их для себя