Palabras de un corazón roto

#28

Las vacaciones continuaron, no pasó nada más, todo estuvo normal o al menos yo pensaba que así iban las cosas.

Me dirigía a mi nuevo salón, el quinto semestre había iniciado, en un año nos graduaríamos eh iniciaríamos la universidad, ya no vería tan seguido a mis amigos y amigas, estaríamos separados, en distintas carreras, cada quien estudiando lo que le gusta; y no solo eso, también en distintas universidades o incluso estados.

Otra vez me tocaría estar en el segundo piso, así es ... escaleras, otra vez.

En cuanto divise el edificio sonreí, ya quería verlos a todos mis amigos y también mi nuevo salón. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no noté cuando alguien se paró justo al lado mío.

"Es sorprendente, ¿no crees?" Dijo sacándome de mis pensamientos, salte por el repentino susto.

"¿Q-qué?" Rayos, por qué estaba tartamudeando... debió de ser el susto, si, tenia que ser eso.

"El iniciar nuestro último año, es sorprendente, ¿no crees?" Dijo volteando a verme y sonriendo.

"Si, lo es"

"Y pensar que justamente hace dos años nos conocimos, éramos tan chicos y ahora ... en un año seremos mayores de edad" mencionó, su voz se escuchó un poco nostálgica, hasta que continúo " bueno tu sigues pequeña, eso no a cambiado... ¡chaparra!" Se burló de mi estatura... otra vez, acaricio mi cabeza, pasando sus dedos por mi pelo como peinándolo, de una forma suave.

"¡Oye!" Dije en forma de queja pero sin separarme de su contacto, él solo volvió a posar su mirada a la mía, la cual antes se encontraba en mi cabello.

En el momento en que me miro, solo arrugue mi nariz en señal de molestia y rodé mis ojos, a lo que eso solo contestó con una risita.

"Sigues siendo tan tierna como siempre ..." dijo para soltar mi cabello y tomarme de la muñeca y jalarme hacia el edificio, en eso dijo "vamos, se nos hará tarde"

Yo solo asentí y lo seguí, él no dejo de soltar mi muñeca hasta llegar a las escaleras, me sonrió y dijo cuídate, solo asentí y empecé a subir las escaleras mientras lo veía irse a su salón, que se encontraba justo debajo del mío.

En ese entonces fue la mejor forma de iniciar el semestre, y pensé que entonces tendría alguna oportunidad y qué tal vez me iría mejor en todo esto.