Palabras de un corazón roto

#35

Paso el tiempo, y solo lo veia de lejos, sin embargo una semana despues de lo sucedido en la biblioteca volvimos a hablar, igual que antes.

Sin importar el dolor que sentí aquella vez seguía queriendo hablarle y verlo ... pero sobre todo quería abrazarlo.

Quería volver a sentir sus grandes brazos alrededor de mi cintura, sentir su calidez, su protección...

Que aquella distancia que existe entre nosotros se volviera a romper.

Pero fue todo lo contrario, pues él buscaba lo contrario, siempre que estaba cerca se alegaba.

La distancia sólo crecía y yo moría por romperla

Porque no existiera.

Pero como hacerlo, decidí esperar, mi timidez para mi mala suerte, es mucha y no me dejaba acercarme.

Creía que me diera algo, me alejaría...

Y sobre todo temia que volviera a decir que todo, que nosotros, lo que siento por él, que yo... soy un error.

Así que espere, pero eso sólo incrementó mis ansias por tenerlo cerca, demasiado cerca.

Cada que lo veía mis brazos me picaban, como una sensación de cosquillas o hormigueo.

Y no solo eso, mi corazón saltaba de emoción.

Sin embargo no me animaba a abrazarlo.

Hasta que un día, caminando por el pasillo de los salones de arriba, de regreso a mi salón, choque con alguien.

El piso se encontraba húmedo en ese momento por su reciente lavada, lo que provocó que mis pies revalaran, y que yo estuviera apunto de caer.

Estaba preparada para el golpe de cuerpo contra el frío y húmedo suelo, pero ese contacto nunca llegó, fue remlmasado con un brazo rodeandome y sosteniendome de forma delicada ejerciendo un poco de fuerza.

Al sentir aquello, abrí mis ojos, los cuales se encontraban cerrados debido al susto del momento por caer.

Al abrirlos ahí estába, justo a y 3 centímetros de mi rostro. Nuestras respiraciones se mezclaban, mirándonos el y no al otro, así empezando a crear un ambiente incómodo entre ambos.

Pide notar como su mirada bajaba y digo a devuelta a mis ojos.

En una de esa veces, pude notar como antes de reconectar nuestras miradas, mordió si labio, a lo que yo dudosa y sorprendidadia , dejándome así atónita ante aquello, lo que provocó que lamiera levemente mis labios.

Creando así una leve tensión entre nosotros.