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Las vacaciones de invierno habían iniciado y con ellas las visitas más frecuentes de familiares, y sus típicas preguntas y frases cada que te ven.

Pero sólo puede concentrarme en una de ellas, la más típica de todas: ¿Y el novio?

Si, aquella pregunta que nunca falta por parte de tus tíos.

El sólo escucharla me ponía de nervios pues antes de las fiestas yo todavía tenía novio, era un relación tóxica pero de que tenía novio, lo tenía.

Pero ya no era asi, en vez de eso me encontra soltera de nuevo, con mi mente dándome bromas a cada momento que se le diera la gana.

Pensando en un sólo nombre, en un sólo chico y sobre todo lo que tuviera que tratarse de el.

Así estuve, molestandome conmigo misma, en como eso podría ser posible; no, no y mil veces NO.

Palabras de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora