Palabras de un corazón roto

#52

No pudimos vernos durante un corto tiempo, pero seguíamos mandandonos mensajes, pero cuando por fin pudimos hacerlo el sugirió que saliéramos en una cita, para ver que pasaba, como un acercamiento al momento en que llegáramos a ser una pareja.

Y así lo hicimos, salimos varios días en citas, a veces como si ya fuéramos ucna pareja, era lindo, pero creo que siempre hacia las cosas mal, todo salía mal por mi culpa, solo esperaba que no afectara el hecho de si quisiera salir conmigo.

Recuerdo bien nuestra última cita, era un miércoles en la mañana, a las 9:00am para ser exactos, estábamos a finales del mes de noviembre, el frío incrementaba día a día.

Habíamos decidido caminar por el centro, acababa de iniciar el festival navideño en la ciudad, y a ambos nos llamó la atención, queríamos ver que habría ahí. El paso temprano a recogerme en mi casa e irnos juntos. Nos fuimos en su auto, en realidad era el auto de su padre, nunca supe cómo logró que se lo prestará, pero ahí estaba; dio la vuelta al auto para abrirme la puerta del copiloto diciéndome "adelante, sweetie", me ruboricé por el nuevo apodo, solo esperaba que no lo notará o que creyera que era por el frío, aun así le conteste "gracias, darling" a lo que él sonrió, una sonrisa que iluminaba su mirada y me veía con ternura.

Entre al vehículo, el cerro la puerta para después rodear el auto por el frente de nuevo y sentarse en el lugar del conductor. Solo lo mire mientras ponía las llaves en su lugar para encender el auto, antes de encenderlo volteo a verme "¿tengo algo en la cara o por qué me miras tanto eh? ..." dijo soltando una risa, en eso su mirada me recorrió por completo " ay pequeña, ¿qué haré contigo? ..." lo miré confundida inclinando un poco mi cabeza a la izquierda, él me sonrió, se acercó más a mí y estiró su brazo tomando el cinturón de seguridad, lo paso delante de mí hasta abrocharlo, solo seguía sus movimientos con la mirada, después de abrocharlo se acomodó en su asiento, tomando su cinturón y abrochándolo mientras decía "pequeña, debes abrocharte el cinturón, no queremos que algo malo pasé..." solo le respondí un "lo siento, lo haré" encendió el auto y nos pusimos en marcha el centro de la ciudad, su linda sonrisa se fue desvaneciendo de su rostro y su ceño se frunció, algo lo molestaba, ese fue un cambió muy repentino en su actitud, y en un momento en un susurró que aun así logré alcanzar a escuchar bastante bien "además no sé qué haría si algo llegará a pasarte".

El camino al centro fue agradable, no duró mucho, pero aun así fue lindo, el ambiente era cómodo y escuchar a Benjamín cantar fue lo mejor de todo. Después de salir de mi colonia, le pregunte si podía encender el estéreo, accedió, al encenderla rápidamente se pudo escuchar la voz de Zeta de Mago de Oz, su banda favorita, con la canción "Quiero morirme en ti", la cual también es una de sus favoritas.

Dejamos el auto en un estacionamiento, y caminamos hacía el festival. Al llegar nos dimos cuenta de cómo estaba todo totalmente adornado con la temática navideña, también había muchos puestos, de comida, exhibiciones, bebidas, ropa, etc. también el área de juegos mecánicos; por ser tan temprano no había tanta gente, eso nos daba la oportunidad de ver todo con calma.

Y así pasamos la mañana caminando, comprando algunas cosas o subiendo a los juegos a pesar de tener 18 años, también probando comida, etc.; había conseguido un gorro nuevo y él había comprado una nueva mochila, decía que ya necesitaba otra para la universidad.

Mientras estábamos en el área de los juegos, vi un pequeño quiosco rodeado de luces y flores blancas, rosas, tulipanes, velo de novia, etc., eran muchos tipos de flores, me acerque pues me pareció muy bonito, empecé a tomar fotos con mi celular, Benjamín me veía desde afuera del quiosco, pero en un instante entro y me jalo, poniéndonos en medio del pequeño lugar, se agachó un poco para quedar a mi altura, nos mirábamos directamente a los ojos, esos profundos ojos negros que tanto me encantaban me miraban directamente, pude ver como bajaba su mirada a mis labios y la regresaba a mis ojos rápidamente, me sonrió y en un rápido movimiento dejo un casto beso en mis labios, lo mire sorprendida en cuanto se separó, volvió a sonreírme, se giró para salir pero lo detuve, tome su mano izquierda entre las mías, podía notarse la drástica diferencia de tamaño, su mano era mucho más grande que la mía.

Volteo para verme en cuanto sintió que lo tome, tirando de su mano; yo solo necesitaba saber por qué había sido eso. Regreso al lugar en el que estaba antes, delante de mí.

"Mira hacia arriba" dijo y levantó su cabeza hacía el techo del quiosco, hice lo mismo y puede ver que había un pequeño ramo de muérdago colgando, baje mi cabeza y ahí estaba, ahora más cerca viéndome, le sonreí y él hizo lo mismo, me acerque un poco más a él, me pare de puntitas y le di un casto beso, como el que él me dio.

Me separé, todavía estando de puntitas, y sonreí, ahora el me miraba sorprendido. En cuanto iba a bajar, para dejar de estar con los pies en puntas, pude sentir como su brazo derecho, que estaba libre de mi agarré, pasaba por mi cintura y me jalaba, acercándome todavía más a él, lo miré totalmente sonrojada, esos profundos ojos me miraban divertidos y con cariño; fue acercándose poco a poco, hasta que nuestras respiraciones se mezclaron y nuestras narices se rosaban entre sí.

"No sabes cuánto te quiero, sweetie" dijo con dulzura y junto nuestros labios, en un beso lento, tranquilo y lleno de cariño, yo solo me deje llevar correspondiéndole el beso enseguida, y ahí estábamos, en un quiosco navideño con muérdago colgando encima de nosotros besándonos con cariño que siempre nos fue difícil expresar con palabras.

Todo iba bien entre los dos, todo era lindo y deseaba que así siguiera siempre, pero no todo es felicidad y belleza en la vida, ¿verdad?