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Llego la mitad del semestre, se aproximaban los exámenes parciales, estaba muy nerviosa, no quería reprobar nada.

Al menos no otra vez.

Es sólo que, tengo una pésima memoria y no ayudaba en nada, teníamos teniendo en cuenta que la mayoría de mis clases eran pura teoría.

A la salida, me dirigí a la biblioteca, siempre fue mi mejor lugar para concentrarme en aquel tiempo.

Busque donde sentar ya estando adentro, lo bueno era que la biblioteca no siempre estaba llena, eso sólo sucedía a finales de semestre; la biblioteca era un caos en esos días.

Me sente en una de las mesas alejadas de la entrada y las pocas personas que había allí.

Saque mis apuntes de historia y empecé a hacer una guía.

Después de un rato sentí a alguien parado detrás de mi, decidí pasarlo pensando que se iría o que sólo era cosa mía.

Pero no se fue, en vez de eso, una mano se recargo a mi lado derecho de la mesa y la otra al lado izquierdo.

Parecía que estaba acorralada.

"¿Historia? ... " pregunto, en ese momento supe quien era, Levante mi cabeza, como si mirará hacia el techo, pero en vez de ver el techo lo vi a el, viéndome y sonriendo " ¿ Qué tal vas?" Continuó.

No dije nada sólo suspiro y despeine un poco mi cabello en señal de frustración y cansancio.

Y al parecer logró entenderlo, se levantó y se sentó enfrente mío " tranquila, no es difícil ... " tenía la mirada en mis apuntes y sólo laude mi cabeza un poco a la izquierda "¿ me dejarías ayudarte?" Pregunto tomando mi apuntes un momento, lo que ocasionó que lelevantara mi vista hacia él.

"Gracias, ¿ pero qué no tienes exámenes también? ... podría ser una distracción para ti" por fin hable, no quería molestarle en sus estudios ¿y si luego le iba mal por mi? No quiero a eso, tal vez se enojaria conmigo.

"No digas eso, además mi próximo examen también es de historia..." despegó su mirada de mis apuntes para ahora ponerla en mi " si estudiamos juntos será más fácil y rápido, ¿no crees?" Yo sólo asenti.

Y empezanos a estudiar, no sabía qie era bueno en este tema, sabía todo y además lograba explicar muy bien, logre entenderlo todo mejor que en clase.

El único problema fue mi memoria, que a veces me fallaba, por lo que nos tuvimos que quedar más tiempo, hasta que mis padres llegaron por mi.

Me acompañó al estacionamiento y nos despedimos, me dijo estas lista, te deseo éxito mañana, mientras yo subía al carro de mi madre.

Antes de irme hice un ademán con mi mano moviendola de un lado a otro por la ventana del carro, a lo que el respondió imitando la acción.

Enserio me sentó a las segura después de haber estudiado con él.

Y esperaba que nos fuera bien a ambos.

Palabras de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora