01|| Suggar Club.

142K 8.9K 1.8K
                                    

Termino de acomodar mi vestido mientras el espejo refleja mi figura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Termino de acomodar mi vestido mientras el espejo refleja mi figura. Aliso la corta falda que apenas y logra cubrir mis muslos, y lanzo un suspiro al admirar mi cuerpo. Luzco irreconocible, es increíble como pocas semanas aquí cambian a las personas. Antes no podía mirarme al espejo sin sentir asco de mí misma, sin embargo ahora todo cambió. Cada día me acostumbro más a la idea de tener ojos sobre mí, personas a mi alrededor que admiran mi cuerpo y mis curvas. No me siento mal conmigo misma, pero no tengo la confianza necesaria como para utilizar este atuendo en público, una corta falda que apenas cubre el nacimiento de mi trasero y un brasier adornado que cubre mis senos, apretándolos a mi torso para que luzcan más grande de lo que son en realidad. Tacones altos, negros, estilizan mis piernas y el maquillaje resalta mi boca con un tono rojo combinando con el color del traje. Apenas termino, me volteo hacia Kate, para ayudarle con su atuendo.

Katherine, mejor conocida como Kate entre sus compañeros, es una diosa en todo el sentido de la palabra. Su cuerpo vuelve locos a los clientes, siempre es la más pedida, junto a otras chicas, es la preferida del público. Debe de ser su trasero abultado, sus pechos grandes y firmes, sus piernas carnosas o sus ojos color avellanas, con un toque de verde en ellos, o su cabello algo rizado, algo lacio. La verdad, es que es la personificación de amante perfecta en cualquier crisis de los cuarenta.

Y mi mejor amiga. Claro.

Cuando entré a trabajar, me sentía tan fuera de lugar. Las chicas no fueron amables, los clientes tampoco, y me costó bastante acostumbrarme al hecho de que solo me pedían por mi cuerpo. Pero entonces la conocí, un día mientras brindaba un espectáculo privado. Me enseñó sus movimientos, a como vestir, a sentirme más cómoda tanto conmigo misma y con los clientes. Ella es de las pocas, que gana más de treinta mil al mes, no solo por sus servicios de dama de compañía, sino porque también prestaba su cuerpo a quien tuviera el suficiente dinero como para tenerla por una noche.

Nos conocimos, y conectamos al instante, no sé si por la falta de cariño y familia que ambas sufrimos, o por el hecho de que ambas venimos desde muy abajo, conocemos lo que es vivir con lo justo y hacer lo que sea, con tal de tener para comer, a diferencia de las demás chicas del club.

Desde entonces, solo somos ella y yo. Nadie podría comprender más mi situación económica y familiar, que ella. Conoce mi casa, vio a mi padre en varias oportunidades porque me confirmó que sí era cliente de aquí, regular, y aunque no quiera, también mi hermano menor.

Conoce tanto mi historia, que no le sorprende ver el enorme cardenal en mi pierna.

Las cosas en casa no han cambiado demasiado, papá continúa siendo un ebrio sin remedio, mi hermano no consiguió empleo, y mamá sigue siendo mamá. Lo único que cambió, es que dejé de pasarles dinero hace algunas semanas. Razón por la cuál buscan cualquier motivo para golpearme.

Durante mis primeros meses trabajando en este lugar, gané lo suficiente como para arreglar la casa, pero no. Todo mi dinero, proveniente de noches enteras siendo baboseada por viejos verdes, decrépitos y manos largas, fue a parar en alcohol, porque en casa ni siquiera teníamos para comer. Entonces me cansé, les negué entrada a mi sueldo, lo deposité en un banco con ayuda de Kate, y solo guardaba una pequeña cantidad en mi dormitorio, para comer o darle a mi madre cuando necesitase.

Entre Sábanas de Seda (AQS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora