¡Primer libro de la serie Amores que Sanan! Versión 2021.
Con un padre y hermano alcohólicos, Lia pasa su vida trabajando para saldar sus deudas y se prepara para saldar la siguiente en un reluciente bar de Santa Mónica.
Rodeada de personas con din...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
¿Cómo puedes saber que serás buen padre? Porque presiento que estoy fallando, y ni siquiera sé si en verdad es mi hijo.
¿Cómo se me ocurre tener sexo con una mujer de ese club? Nunca tuve necesidad de pagar por sexo, jamás. Las mujeres siempre están dispuestas con tan solo verme, me sucede desde que alcancé la pubertad y vaya que tomé provecho de eso, pero ese día, esa noche fue diferente.
Verla con ese traje de encaje, la sensualidad que derrochaba su cuerpo con cada movimiento, la necesidad de meter mi polla en su boca cada que sonríe, cogerla de mil formas diferentes, joder, la necesidad de sentirme dentro me llevó a tomarla esa noche.
Pura lujuria, lascivia, sensualidad personificada, eso fue. Eso es ella. Eso era esa puta noche.
No lo pensé, ni siquiera me preocupé por mantenerme seguro en un puto condón porque la necesitaba piel con piel. Claramente, soy un idiota de mierda.
—¿Piensas aterrizar en algún momento?—pregunta Brennan mientras lee el periódico.
—No, tengo demasiada mierda que pensar—digo, pasando las manos por mi rostro.
Desde que supe que está embarazada, no he sido capaz de dormir bien. Pienso todas las noches en qué sucederá de ahora en más, porque tengo una vida hecha, una vida en la que no tenía planeado tener un hijo hasta dentro de mucho tiempo. Una vida que ahora se ve patas para arriba solo porque cometí un puto error.
—Ni siquiera sabes si es tuyo, cálmate—gruñe mi amigo, rodando los ojos.
—Eso es lo que me mantiene en vela, estúpido—respondo.
Todos los días quiero tomar el puto móvil y llamar a esa muchacha, pedirle que se haga la prueba, insistir hasta que desista, pero Kiran me detuvo cada vez alegando que necesita tranquilidad en el primer trimestre de su embarazo. Me pidió alejarme hasta que ella misma tome la decisión de hacer la prueba, cosa que todavía no ha sucedido y ya han pasado varias semanas.
Brennan no lo entiende, por supuesto, ¿Cómo podría? Si es el único que tiene una vida segura y perfecta, con su esposa que parece ser una buena mujer, mientras que yo solo obtengo falla tras falla, un noviazgo publicitario y una prostituta embarazada por idiota.
Ni siquiera tengo cabeza para pensar en el campeonato, algo que seguro me va a pasarme factura cuando esté en el campo. No tengo la mente en el juego, en la copa, solo pienso en esa pequeña posibilidad de que la prueba salte positiva.
Juro que de haber sido cualquier mujer, lo hubiera creído, tal vez dudado en un principio, pero no hubiera dudado tanto como con Lia, porque vamos, con su trabajo tengo el derecho de dudar y pedir una prueba de paternidad, porque si se acostó conmigo así de fácil ¿Con cuántos más no lo habrá hecho?
Bebo un sorbo de mi cerveza, decidido a quedarme en casa, cuando mi móvil suena con una llamada entrante de Kiran. Mi corazón se detiene por un segundo porque quedamos en que me llamaría cuando Lia hiciera la prueba.
