38|| Ya no.

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Así como te elevas en los buenos días, así de rápido es el declive cuando la realidad golpea de nuevo

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Así como te elevas en los buenos días, así de rápido es el declive cuando la realidad golpea de nuevo.

Los días espléndidos en Miami como una familia, finalmente los tres, terminan cuando luego del partido nos llama la policía de California informando un atentado en nuestro hogar.

Todo se torna un caos con gente yendo y viniendo y nosotros tomando un avión privado hacia Santa Mónica aguardando lo peor. Hudson está callado, desde que habló con el detective de mi caso no ha mencionado ni una sola palabra pero sí noté que su instinto protector ha ido en aumento y ciertamente no luce como una buena señal pues está con la mano en mi vientre todo el tiempo.

Me sigue con la mirada cada que me levanto a tomar una fritura o ir al baño y cuando llega el momento de bajar es él quien me escolta cubriéndome de los paparazzis, haciéndolos a un lado a empujones para que no se me acerquen.

Quisiera preguntar qué le dijeron o qué tal mal está la situación en cuanto entramos al coche pero el clima está tan tenso que termino guardando silencio permitiéndole calmar un poco sus ansias sin quejarme de lo que cerca que quiere tenerme.

Cuando llegamos a la casa la policía está aguardando por nosotros y apenas nos bajamos increpan a Hudson.

—Señor, lo siento pero no puede ingresar todavía—dice el oficial dejando una mano sobre su pecho impidiendo el paso.

—¿Todos están bien?—pregunto obteniendo su mirada—¿Hay heridos? ¿Dónde está mi madre?

Me siento aliviada cuando niega con su cabeza.

—No hirieron a nadie, su madre se encuentra bien, solo bandalizaron la propiedad y se fueron. Al tener órdenes de restricción a su nombre, pedimos que se mantengan en un lugar seguro mientras verificamos el paradero de su hermano, sin embargo...

—Espere un segundo—digo con el ceño fruncido—¿Mi hermano está libre? ¿Por qué nadie me lo dijo?

Me siento alarmada, bandalizar la propiedad, las locuras de Camille y toda la situación me llevan a olvidar por un segundo dónde estoy parada porque una paranoia comienza a tomarme.

Niego con mi cabeza, me niego a pasar otra vez por lo mismo, me niego rotundamente a tener que vivir con miedo de que algo me pase o a mi hija porque eso sí que no podría soportarlo.

Cubro mi vientre con ambas manos, mi niña es el tesoro más grande que tengo, es mi rayo de esperanza, mi luz en la oscuridad y no... no quiero que esa luz se apague.

Las enormes manos de Hudson toman mi rostro.

—Necesito que respires y te tranquilices porque no dejaré que nada te haga daño ¿comprendes?—dice mirándome fijamente a los ojos. —Pagaron la fianza de tu hermano, no sabes quién fue porque fue un depósito anónimo pero la pagaron y ya. Salió libre hace veinticuatro horas, no pueden encontrarlo pero del Estado no ha salido.

Entre Sábanas de Seda (AQS #1)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें