CAPÍTULO SIETE

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Algunas veces los astros se alinean de formas extrañas, provocan encuentros inesperados, crean noches místicas en las que lo imposible se torna posible; Sin embargo, esas extrañas alineaciones también provocan caos.

¿Qué es el Caos...? El interior en la mente de Lauren Jauregui.

El techo era blanco pero no era el suyo.

Las paredes eran blancas pero tampoco eran las suyas.

Es más, podría jurar que jamás había estado en ese sitio antes.

Las almohadas eran suaves de plumas y sumamente confortables, pero tampoco le pertenecían. Ni las sábanas, ni el edredón, nada a su alrededor le resultaba familiar.

Volvió a cerrar los ojos, todo era confuso, recuerdos borrosos, después un mareo y dificultad para respirar.

-Lauren...- La voz de Camila era lo primero que conseguía identificar entre todo ese entorno tan desconocido -Gracias a Dios que despertaste, estaba a punto de llamar a un médico-

-¿Un médico?- Preguntó totalmente descolocada -¿Qué me pasó?-

-Te desmayaste. Me asusté muchísimo y no tenía idea que hacer, entre Dinah y yo conseguimos moverte hasta aquí, después te di a oler un poco de alcohol en un algodón y parece que funcionó- Le explicaba aún preocupada -¿Cómo te sientes?-

Y entonces lo recordó. Se había desmayado de la impresión al descubrir que la mujer a quien casi besa era su hermana. NO. NO. Y MIL VECES NO. SE REHUSABA. NO PODÍA ACEPTAR ESO COMO UNA REALIDAD.

-Lauren- Camila llevaba un par de intentos llamándola por su nombre pero ella se encontraba perdida entre sus divagaciones y batallas verbales internas -¿Estás bien?-

-Creo que sí, un poco mareada nada más. No es nada grave ¿Ok?- Lo único que necesitaba para estar bien era golpearse la cabeza tan fuerte que pudiera perder la memoria. Pero las posibilidades de que eso sucediera eran sumamente escasas.

-De todas maneras me gustaría que te revisara un especialista, yo soy médico, pero lo mío es la Dermatología Cosmética-

-¿Por qué no me dijiste que tú también eras Dermatóloga?- Eso habría cambiado tantas cosas.

-Porque todo el mundo me conoce como la Doctora Popper, me dedico a extraer bolas de grasa en la capa superficial de la piel, a Dinah le da asco y siempre deja ir esos casos así que me los quedo yo y me pagan muy bien, además lo disfruto muchísimo...Pero ese no es el punto por ahora, quiero que te revisen para poder quedarme tranquila-

-Ya te dije que no es necesario- Y de pronto se dio cuenta de algo importante -¿Ésta es...Estamos en tu habitación?-

-Sí- Confirmó.

Esa era la respuesta que necesitaba, significaba que el baño de la recámara pertenecía solamente a Camila. -¿Puedo pasar a tu baño?-

-Por supuesto...¿Necesitas ayuda para levantarte?-

-No te preocupes, yo puedo sola- Observó el gesto de desaprobación en los ojos color chocolate -De verdad estoy bien- Le dijo. Acto seguido se levantó y caminó hasta su destino.

Cerró con seguro.

Revolvió todo como si de una ladrona se tratase y una vez que obtuvo lo que quiso, se lo guardó como pudo en la chaqueta y salió del baño.

-Tengo que irme- Le informó a Camila quien se encontraba sentada en la cama.

-¡Estás loca! No voy a dejar que te vayas así, aún estás mareada y no puedes conducir en ese estado-

EL HUBIERA SÍ EXISTE  (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora