CAPÍTULO VEINTIOCHO

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Buenos días: aquí les dejo el capítulo 28, y si pensaban que no tendríamos música de Taylor aquí pues les dejo "Don't Blame me" como soundtrack sugerido. (Pareciera que no pero hasta con un poco de spoiler viene la rolita)
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Definición del Incesto según Camila Cabello: : Un viaje a través del infierno dantesco, atormentada por la pasión, la angustia, la locura, la lujuria y el amor, donde el personaje de Virgil es remplazado por una hermosa mujer de piel blanca, al tacto como la porcelana, cabellos negros y ojos verdes como las esmeraldas.

Abrió los ojos en medio de la noche, o al menos eso pensaba ella, ya que la habitación aún se encontraba en penumbras. Miró la hora en el reloj despertador que se encontraba sobre el buró y con grandes letras rojas digitales le indicaban la hora...5:47 de la mañana.

Con la noción del tiempo perdida, no tenía idea en qué momento el sueño la había vencido ni cuántas horas habría dormido, quizás dos o cuando mucho tres. Estaba tan agotada y al igual que la noción del tiempo, también había perdido la cuenta con la cantidad de orgasmos que habría experimentado en la pasada noche.

Sonrió al recordar todo lo que Lauren le había hecho y se llevó la mano al cuello dolorido sabiendo que cuando se mirara en el espejo tendría marcas de todo tipo, pero no le importó. Quería gritarle al mundo entero que ella ya no era dueña de sí misma, porqué ahora le pertenecía en cuerpo y alma a una sola persona y esos vestigios de múltiples colores y texturas adornando su piel lo demostraban.

Giró la vista hacia el otro lado de la cama solamente para encontrarse con la ausencia de Lauren. Quizás era una tontería pero le hubiese gustado despertar entre sus brazos, lo sabía, era el más gastado de los clichés pero amaba a su hermana y ansiaba sentir su calor en ese preciso instante.

Se levantó en completada desnudez y dirigió sus pasos lentos hacia el baño esperando que Lauren estuviese allí, pero una vez más, solamente se encontró con la ausencia de ésta.

Que extraño. Pensó para sus adentros.

Aprovechó para hacer sus necesidades fisiológicas y salió de nuevo al pasillo de la habitación.

¿Dónde podría estar?

Era demasiado temprano para que hubiese bajado a la piscina, tal vez decidió ir a dar un paseo por la playa.

Entonces una idea cruzó por su mente: La Terraza con vista al mar.

Avanzó hasta las puertas corredizas de cristal y aún en medio de la obscuridad fue completamente capaz de reconocer su silueta.

Ahí estaba ella de espaldas en completo silencio, cubierta únicamente por una sábana de color blanco, sentada cómodamente en una acolchada silla con las piernas estiradas y los pies reposando sobre la barra de madera que protegía el balcón y sujetando una copa de champán con su mano derecha.

Camila observó la escena que le resultó tan sexy y no dudó ni un segundo, se acercó sin hacer el menor de los ruidos,  y con pasos lentos pero decididos la abrazó por detrás apoyando la barbilla sobre el hombro semidesnudo de Lauren.

-Buenos días, mi amor- Susurró dulcemente en su oído para posteriormente depositar un tierno beso en su mejilla. -Desperté pero no te encontré en la cama-

-¿Me extrañaste?- Preguntó Lauren dejando lo que estaba haciendo para voltear y mirar a Camila de frente.

-¿Demasiado dramática si te digo que sí?- Preguntó avergonzada.

-Demasiado hermosa y dulce, diría yo-

-Entonces sí, te extrañé. Tenía la fantasía de despertar entre tus brazos- Confesó mirándola a los ojos. Y cuando se miraban, ambas buscaban descifrar lo que pensaba la otra y solamente eran capaces de encontrar amor.

EL HUBIERA SÍ EXISTE  (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora