EL HUBIERA SÍ EXISTE (CAMREN)

CAPITILO VEINTISÉIS

Buenas tardes: Aquí les dejo la actualización. Fue un capítulo complicado de escribir, me caga redactar este tipo de escenas pero bueno, es parte del paquete para lanzarse a escribir una historia.

También me cagan los disclaimers, pero ya saben, el siguiente capítulo tiene contenido adulto, con todo lo que eso implique.

¿Soundtrack? Ya sé que van a leer con lo que se les dé la gana pero supongamos que yo fuera Camila este Capítulo, me encantaría que Lauren me cogiera con Nymphetamine de Cradle of Filth de fondo.

Ya saben cuánto amo que comenten así que siéntanse con plena libertad de hacerlo.

P.D. Es el capítulo que más me ha costado escribir y por tanto mi favorito. (Hasta ahora)

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Cada línea dibujada en la palma de mi mano lleva escrito el nombre de alguna persona que soy incapaz de descifrar o...Tal vez prefiera hacer de cuenta como que no puedo, porqué cada una de ellas, de alguna u otra manera dieron la vida por este amor. Ya sea en tiempo pasado o en el futuro.

Y eso era mucho más de lo que yo podía manejar.

Y hoy con estas mismas manos estaba dispuesta a tocar aquel cuerpo, estaba muy convencida de achicharrarse en medio de las llamas de lo que fuese que la gente se atreviese a llamar pecado.

***

Ropa sucia sin doblar, auriculares, el mando del aire acondicionado, hojas de papel desperdigadas por todas las sábanas y unas cuantas monedas sin mucho valor y hasta una powerbank ...Todo eso y a saber cuántos objetos más se encontraban sobre la cama de Lauren Jauregui sin tender.

-Es un desastre- La ojiverde se vio claramente avergonzada y soltó la mano de Camila al presenciar el cochinero en que tenía convertida su habitación -Si quieres podemos ir a otro sitio, quizás un hotel en la playa o...-

Lauren Jauregui nunca se había distinguido por ser una maniática del orden ni la limpieza, nadie que la conociese a fondo la catalogaría como una obsesiva compulsiva de manual, jamás tuvo síntomas extraños cómo ordenar la ropa de su armario por colores, o comprobar varias veces que las llaves del gas se encontrasen bien cerradas antes de dormir. Pero definitivamente tampoco había vivido jamás como una esquizofrénica de tipo desorganizada. Siempre se había distinguido por ser una persona bastante responsable con sus hábitos de higiene y su apartamento no brillaba, la estancia tampoco despedía un olor exagerado a Lyson o a cloro, pero siempre había sido un espacio confortable, acogedor...Todo había ido cambiando después de los últimos acontecimientos: La muerte de Lucy, enterarse de que tenía una hermana, asumir que estaba enamorada de ella, que su mejor amiga había reencarnado en un perro bulldog.

Todas estas cosas la tenían al borde de la locura.

Y la inestabilidad que reinaba en su mente podía proyectarse perfectamente en el completo desorden en el que se había convertido su habitación.

Camila la interrumpió, consiguiendo sacarla de sus pensamientos. -Tu cama es perfecta- Ella comprendía, además tampoco es que hubiese basura o residuos de frituras encima. -No podemos seguir postergando esto- La besó nuevamente como lo había hecho en la sala de estar, capturando su labio inferior y jadeando contra su boca. -Siento que si alargamos el momento de la espera nos vamos a arrepentir-

La Traveler asintió. -Tienes razón, sólo dame unos minutos para poder arreglar un poco este desorden, mientras puedes esperarme en el living-

-Lauren, mírame- Camila se le acercó todo lo que pudo y la obligó a levantar la mirada. -Yo ya no quiero esperar, hemos estado así desde que nos conocimos- Sonaba tan frustrada. -Siempre sucede algo que nos interrumpe, ya no quiero eso, no estoy dispuesta a permitir que algo más arruine nuestro momento- Acto seguido le arrebató el móvil de las manos a su anfitriona y sin pedir autorización previa simplemente lo apagó, recordando que el suyo se había quedado abandonado en un sillón. Si llegase a sonar jamás lo escucharían.