CAPÍTULO NUEVE

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El apartamento resultaba acogedor, aunque pequeño, tenía ese toque demasiado personal y Camila podía distinguir perfectamente que Lauren habría estado pendiente en cada uno de los detalles. Eran dos estancias divididas únicamente por un librero moderno y minimalista en color blanco. Después había unas escaleras negras que conducían a la segunda planta en donde supuso se encontraría la habitación.

Había un sofá de color rojo frente a un enorme televisor y una consola de X-Box.

La mujer de ojos castaños hizo nota mental de que el color favorito de Lauren debía ser el rojo a juzgar por el resto de la decoración, la cocina y el jeep. Resultaba altamente probable que también fuera un poco adicta a los videojuegos, no sólo por el X-Box, sino que también tenía cuatro controles blancos tirados en el suelo sobre un tapete y en la esquina entre el sofá y la pared había dos guitarras y una batería. Todos los instrumentos musicales de plástico; De inmediato las reconoció como parte fundamental del Guitar Hero, y es que a ella también le gustaba jugar de vez en cuando para romper el estrés.

De hecho cuando discutía con Dinah, tenían su metodología bastante original para solucionar sus diferencias, y esa era organizando peleas de box en el Nintendo Wii.

Habían conseguido crear sus muñecas virtuales tan físicamente parecidas a ellas, que en verdad daba la sensación como si se estuvieran golpeando.

-Disculpa el desorden de mi cueva- Escuchó la voz de Lauren sacándola de sus pensamientos. Era obvio que no esperaba visitas, aún así, con toda la educación del mundo la invitó a que se desplazaran hacia lo que parecía "un intento" de living. Un intento porque no tenía muebles, únicamente tres sillones puff con forma redonda y una pequeña mesa de madera pintada de blanco en el centro.

-No pasa nada, de hecho...Me gusta bastante- Seguía recorriendo todo el lugar con la mirada.

-Supongo que viniste buscando un montón de explicaciones- Lauren la miró con temor.

-Tanto como un montón...No...- Camila le sonrió con una actitud bastante fresca. -Pero sí unas cuantas- Se sentó sobre el piso laminado que emulaba a la duela de madera y se recargó sobre uno de los Puff.

-Lo sé, comprendo que tienes muchísimas preguntas- De pronto se preocupó al imaginarse cuales podrían ser. -El problema es que no sé si seré capaz de darte las respuestas- Confesó sinceramente.

-¿Vives sola?- Parece que tenía muy clara la que sería su primera.

-Ss...Sí...Eeh...¿Qué te sirvo? ¿Agua? ¿Refresco?- Se mostraba visiblemente nerviosa.

-Alcohol. Definitivamente necesito alcohol- La honestidad siempre por delante, porque así era ella, imprudente y espontánea.

-Claro, tengo Whisky, creo que hay cervezas en la nevera y...- Intentaba recordar qué más había mientras clavaba su mirada en la cocina.

-¿Tinto?- Camila sin saber...Acababa de tocar una fibra sumamente sensible en el corazón de su anfitriona.

-No- Una puñalada invisible le atravesó el pecho. Se trataba de algo completamente involuntario -No puedo beber tinto-

-¿Eres alérgica?- Vaya con la invitada estrella, resultó ser bastante curiosa o al menos eso le pareció a Jauregui.

-Algo así- Mintió.

-Whisky está perfecto entonces- Le sonrió de nuevo.

Lauren caminó unos cuantos pasos hasta posicionarse en la barra de acero que fungía como su comedor, rápidamente abrió el congelador y sacó varios cubos de hielo que colocó en un recipiente. Entonces volvió su mirada hacia Camila -¿En las rocas está bien?- Ésta asintió con un movimiento de cabeza y la ojiverde se dispuso a preparar las dos bebidas.
-¿Cómo conseguiste mi dirección?- A eso se le llamaba tener mala fortuna. Se había arrancado las cutículas para no salir corriendo a buscarla, poniendo en alerta máxima su fuerza de voluntad y todo para qué...Para que su magnífico plan de mantenerse alejada fracasara sin que ella hubiera podido hacer algo al respecto.

EL HUBIERA SÍ EXISTE  (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora