CAPITULO DIECIOCHO

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"Mamá Dinah tiene razón. Pero no soy capaz de decirlo en voz alta"

Camila cerró su diario de golpe y se metió la pluma a la boca, como mero tic que se activaba cada vez que se ponía nerviosa.

FLASHBACK DE CAMILA.

-Adivina quién te trajo comida china- Camila se coló en la oficina de la Señora Hansen sin llamar a la puerta siquiera.

-Vaya, desde que esa Señorita Jauregui apareció en tu vida me he convertido en una vieja muy solicitada- Y era verdad. Ahora todo el tiempo tenía visitas y no tenían nada que ver con los niños del orfanato o matrimonios jóvenes queriendo adoptar.

-Y ya que tocas el tema "Lauren"...- Depositó sobre el escritorio las bolsas que contenían cajas de Unicel con lo que muy probablemente sería su almuerzo. -No vamos a rodear la situación demasiado porque me mareo...Así que...¿Qué diablos le dijiste para mantenerla alejada de mí? Habla ahora, vieja metiche- Esto último lo dijo con cariño. Se tenían la confianza y el cariño. Ese vínculo inexplicable que existía entre ellas que Camila jamás lo había sentido, ni siquiera con Sinu que era su madre.

-¡Uy! ¿Estás segura que esos platos que despiden ese aroma tan exquisito no estarán envenenados?- Enarcó una ceja.

-Tal vez...Pero no te hagas la tonta que nos conocemos-

-Desde muchas vidas atrás, por supuesto- Mamá Dinah le guiñó un ojo como lo hacía siempre que abordaban el tema.

-¿Por qué no la quieres cerca?- Insistió. No iba a conformarse con evasivas ni respuestas vagas, no cuando estaba de por medio la decisión de entregar su corazón sin mirar atrás, ni a los lados, aún cuando tenía la seguridad de que se iba a estrellar ella metería el acelerador ya mismo, al menos de que la Señora Hansen le soltara que su ojiverde era una asesina o algo así.

-Esto no es acerca de lo que yo quiera, Camila. Y sí considero importante que en todo momento estés consciente de eso-

-¿Y tú lo estás? ¡Vamos, Mamá Dinah! Sabes de sobra que te estás inmiscuyendo en mi vida privada- Tal vez eso había salido de su boca con alta dosis de reproche pero no estaba diciendo ninguna mentira.

-Ni siquiera la conoces, ni sabes quién es o de dónde salió-

-¿Y acaso eso importa?- Claro que importaba pero cuando le convenía le gustaba hacerse la tonta.

-Dímelo tú...¿Acaso ya terminaste tu relación con Francisco Alarcón?- Auch. Ese había sido un gancho al hígado por parte de Mamá Dinah.

-Es obvio que no pretendo hacerle daño-

-¿Y mintiendo y poniéndole los cuernos lo proteges? Ésta no es la Camila que Sinu y yo educamos-

-Probablemente esté perdiendo un poquito la cabeza, pero no puedo controlarlo. Me temo que ya es demasiado tarde para eso-

-Pues entonces comamos, muero de hambre y eso huele delicioso- Tampoco la iba a seguir arrastrando por todo el cuadrilátero. El referí imaginario le había contado los diez segundos y evidentemente los argumentos de Camila no habían conseguido ponerse en pie.

-Te estás escurriendo nuevamente por las ramas- Vaya, la chica era testaruda y quería seguir en combate aún cuando no tenía elementos para ganar esa disputa.

-¿Yo? Nada más alejado de la verdad que eso. Yo no le dicho nada a Lauren Jauregui para que se aleje de ti. Ella es un adulto y toma sus propias decisiones-

EL HUBIERA SÍ EXISTE  (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora