Capítulo XVII - Alter ego

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Esta mañana logró despertarme todo, sí, absolutamente todo, menos el sonido desaforado de aquella alarma. Todo era cuestión de tiempo, sí, tiempo para poder tomar un baño, tiempo para vestirme, tiempo para un leve sorbo de ese jugo de naranja, tiempo para abordar el auto y dirigirme a esa prominencia brillante que colmaba de luces las calles aledañas. ¿Monotonía? Es demasiado probable, mas esta misma me ha permitido sepultar las ya conocidas vicisitudes que albergaban mi corazón. Por cierto, dar mención a esa palabra así tan a la ligera llega a ser incluso aterrador.

Aún llevo en el recuerdo el preciso instante cuando mi padre me regaló su auto color negro con neumáticos abultados. Recuerdo lo que me dijo, acompañado de una suerte de 'ánimos' y una leve dosis de 'tú puedes lograr todo lo que te propongas, el modo es siempre un pretexto'. Creí haber leído algo parecido en los fragmentos de Nicolás Maquiavelo, pero eso sería caer en algo más de lo mismo, o eso al menos es lo que pienso. Un pretexto sería, en efecto, saber el momento preciso para poder hacer frente a las circunstancias, sin que ellas te carcoman el alma en un santiamén. Hoy puedo decir, al fin, que la vida se apiadó de mí, y ni siquiera tuve tiempo de agradecerle. ¿Ya ven que todo era cuestión de tiempo?

La travesía se hacía más corta a cada segundo. La vía se mostraba ligera, sin algún tipo de impedimento a la vista. Tal parece que los autos nacieron para eso, ¿verdad? Creo, y sin temor a equivocarme, que el único ser vivo o no vivo del cual aún se desconoce su propósito es el ser humano. Yo, al menos, conozco mi propósito, así que eso me hace, ¿un ser inhumano? ¿Un no ser? ¡Rayos! Aquí vamos de nuevo...

—Buenos días, señorita Im. ¿Desea que le brinde la agenda para hoy miércoles?

—Buenos días. Permíteme darme un relajo de medio segundo al bajar del auto, por favor.

—S-Sí, cierto... bueno, hoy tiene una reunión pactada con los accionistas de la sección B.

—¿Les mencionó acerca de la nueva propuesta de mercado que tenemos?

—Así es, señorita Im, sin embargo ellos decidieron en última instancia que lo resolverían conforme avanzase la reunión.

—¡Ah! Siempre caprichosos. En fin, continúa.

—Bien, tiene una firma de contrato con la empresa 'Life'. Es para la venta y transporte de productos para la piel a todo Corea del Sur.

—Perfecto. Esa firma será dentro de poco, ¿verdad? Llama a dichos accionistas e inmediatamente me reuniré con ellos en el salón principal de visitas.

—Así será, señorita Im. Y además...

—Espera un momento.

—Dígame, ¿qué sucede?

—Respira un poco.

—¡Ah! ¡M-Muchas gracias...! Y bueno, como actividad principal...

—Me tendré que reunir con mi padre, lo sé.

—S-Sí, tiene que reunirse con él en la hora de almuerzo.

—Muy bien, secretario Sung. Me dirigiré a mi despacho ahora mismo. Lo llamaré si es que ocurre alguna novedad, y deberá de avisarme sobre los documentos de la semana pasada.

—¿Sobre los gráficos?

—Así es, los necesito para poder sustentar la información en la reunión de accionistas caprichosos.

—Muy bien, señorita, cuente con ello.

—Gracias.

Ah, así que al fin puedo llegar a mi hogar de todos los días. Escritorios color gris y negro, suelo alfombrado correctamente pigmentado que dan juego con los inusitados cuadros en cada pared. Todo dispuesto en un determinado tiempo y espacio. ¿Qué más podría pedir? Ah, ya lo sé, tengo que resolver los problemas de toda esta gente, generar ingresos de ventas y atender las necesidades del público coreano. ¡Perfecto! Mi vida está resuelta por completo.

Somos Tú Y YoOnde histórias criam vida. Descubra agora