Capítulo XXIV - El partidario de lo desconocido (Parte I)

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Mi vida es una completa contradicción.

—¡Dra. Park! ¿Puedo compartir la mesa con usted?

—Por supuesto, Sujin, aunque no entiendo el por qué me estás pidiendo permiso de repente.

—¿Yo? Bueno... es que...

—No tengas pena. Si te preguntas por la compañía que tengo ahora mismo, descuida. De hecho, es para mí todo un placer presentarte al Dr. Kim, mi mentor desde que era una adolescente.

—Mucho gusto, Sujin. Jihyo estaba comentándome muchas cosas sobre ti. Se ve que eres una chica muy entusiasta.

— ¿M-Mentor de la... Dra. Park? ¡E-El gusto es todo mío, Dr. Kim! Mi nombre es Hee Sujin, asistente de la Dra. Park, y actualmente estudiante de med-...

—Oye, ya relájate un poco, ¿está bien?

—P-Pero... doctora... es que... se trata nada más y nada menos que de su maestro, y pues, es para mí un inmenso placer poder conocerlo.

—El placer es todo mío, jovencita.

—Y dígame, ¿a qué se debe su grata visita?

—Pues, verás...

Hace una noche, mientras Jihyo y el señor Kim culminaban su conversación.

—¿S-Señor Kim? ¿Habla usted... en serio?

—Nunca he hablado más en serio en mi vida, pequeña: ¡Encontraremos a Nayeon no importa qué!

—P-Pero... ¿cómo? Y... ¿por qué lo hace? No debería...

—Jihyo, las personas tienen que llevar las riendas de sus actos, la fe de lo que dice, y las consecuencias de lo que decide. Lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo aceptado y lo inaceptable... La vida siempre se ha compuesto de esa dualidad inconfundible. Hoy, pequeña, quiero revertir esa dualidad, y hacer que mis actos y decisiones correspondan a mejorar como ser humano. Hoy es el día. Jihyo, permíteme ayudarte a encontrar a esa chica que te roba el sueño...

—¡Sí! Tenemos que... S-Señor... ¡¿Q-Qué está... usted... diciendo?!

—Permítemelo, Jihyo, para así poder estar bien conmigo mismo y contigo... para así tener la certeza de que pude saldar mi gran deuda con ustedes. ¡Por favor! Es lo menos que puedo hacer, es lo único que te pediré.

— El señor Kim quiere... ayudarme... ¡quiere ayudarme! Pero... encontrarla... Señor Kim... pero es que... ¡¿CÓMO VAMOS A ENCONTRARLA?! ¡Ella prácticamente ha desaparecido de todo! ¡Llevo buscándola durante todo este tiempo, y...! ¡NADA! ¡ABSOLUTAMENTE NADA!

—Calma, Jihyo, calma. Vamos, debe de haber una razón por la cual no la hayas podido encontrar. Quizás haya pasado algo con ella, pero por ese motivo tenemos que...

—T-Tenemos que... encontrarla, señor Kim... ¡NO PUEDO PERDER A NAYEON! ¡SIMPLEMENTE NO PUEDO!

—Lo sé, pequeña, lo sé... no llores más. Ven, no llores. Todo estará mejor.

—¡S-SEÑOR KIM! ¡AYÚDEME, POR FAVOR! ¡AYÚDEME! ¡S-SE LO PIDO...!

—Lo haré, tenlo por seguro. Te ayudaré.

Un abrazo dio por culminada la muy difícil conversación que sostuvieron ambos. Una vez más generaciones distintas se confundieron en un mar de lágrimas, dejando atrás los malentendidos y demostrando que ahora tendrán a bien cumplir un objetivo en común. Todo ello fue relatado a Sujin, la asistente de Jihyo, a efecto de que pudiese explicar su presencia en el hospital, y así despejar sus dudas.

Somos Tú Y YoWhere stories live. Discover now