Capítulo XXV - El partidario de lo desconocido (Parte II)

137 18 12
                                    

—Empresa Importadora y Exportadora Kendal, encargada de la venta de una amplia gama de productos e implementos de todo tipo, abarcando desde los ámbitos de la construcción hasta el sector salud. Tengo el documento que siempre recibimos cada vez que realizamos una nueva compra de nuevos medicamentos, y aquí figura la misma descripción. Es esta la empresa, ¡tiene que ser esta!

—Permíteme, Jihyo...

—¿Podría ser, no es así? ¿Usted qué piensa?

—Déjame ver...

— De ser verdad esto, quiere decir que, efectivamente, el padre de Nayeon tiene en su haber algo más allá que un simple puesto en el municipio.

—Sí, indudablemente es el nombre de la empresa.

—¡Eso significa que...!

—Jihyo, podemos obtener muchísima información respecto a la verdadera identidad de esa persona, así como...

—Señor Kim, ¿usted cree que... N-Nayeon... esté...?

—Es demasiado probable, pequeña.

— N-No creo... no creo que después de muchísimos años... al fin tenga una pequeña pista de tu paradero, Im Nayeon. ¡La dirección de la sucursal aquí en el centro de la ciudad...! ¡Tengo que llamar a los proveedores!

—Calma, calma. Vamos paso a paso y teniendo cuidado con la información que manejamos. Por ahora tenemos muchas certezas ya: El padre de Nayeon tiene una muy estrecha relación con la empresa Kendal. No sabemos con exactitud si es un empleado o el gerente, pero sin lugar a dudas pertenece ahí. Tampoco sabemos en qué sucursal de toda Corea del Sur se encuentra. Tiene mucho que ver el lugar donde reside, así como la distancia que hay hasta su centro de labores.

—Es cierto, no me había percatado de las sucursales...

—No te desanimes. Aunque no lo creas, estamos yendo por buen camino. Yo no hubiese tenido la seguridad de afirmar que, efectivamente, el hospital donde laboras compra productos a dicha empresa. Fue un acierto casi perfecto, y sin ti no lo habríamos logrado.

—¡Tiene razón, señor Kim!

—Ahora, necesitamos saber más acerca de su relación con esa empresa.

— El señor Kim goza de muchos ánimos hoy. Quizás su misión más que nada es inspirarme esos ánimos y no dejar que las propias circunstancias se apoderen de mí. Es verdad...

—Eh... Dra. Jihyo... Dr. Kim...

—¿Sujin? ¿Estabas tú aquí? ¿Estás bien? ¿No te pasó... nada?

—S-Sí, doctora, estoy bien, solo que... no me fui a su despacho, como dijo hace unos momentos, solo me quedé detrás del mostrador, y...

—Y yo preocupándome por si te había pasado algo. ¡Ya verás en el consultorio! ¡Ya verás!

—¡N-No, por favor... no!

—Sujin, creo que ya debes de saber, entre las muchas cosas que sabes de Jihyo, que esta es la forma en que ella expresa su cariño.

—¡¿EN SERIO?! Significa que... doctora...

—¿P-Por qué me miras así, Sujin?

—¡No lo niegue más! Sé que me aprecia tanto como yo la aprec-...

—¿De qué rayos estás hablando? ¡Vaya al consultorio ahora mismo!

—¡S-Sí, ahora mismo! Pero... ¡No, qué estoy diciendo! Antes que nada...

Somos Tú Y YoWhere stories live. Discover now