Keira Cooper solo ha conocido el amor una vez y le fue arrebatado por la persona que debió protegerla; con los años no solo ha madurado su personalidad sino también ha crecido su rencor y su odio hacia ella por lo que se esforzará por encontrar un h...
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Salí de la mansión y caminé algunos pasos sabiendo que la gente me veía solo para avanzar un poco más hacia el lugar donde todos los carros estaban aparcados y lejos de la vista de la gente.
Miré al valet que seguramente ya había recibido un pago por ignorarme y me perdí entre los muchos autos.
Petrov me esperaba recargado sobre su carro y con las manos en los bolsillos.
Sonrió al verme y caminó hasta el lado del copiloto para abrir la puerta.
Me acerqué e acepté su mano para ayudarme a ingresar, solo que me jaló hacia sí y dejó un corto beso en mis labios.
—Llegas temprano —dije escondiendo mi turbación—. Aún falta veinte minutos.
—Llegas temprano también —contraatacó—. Faltan diecinueve minutos.
Sonreí ante su respuesta e ingresé al auto son decir nada más.
Lo vi dar la vuelta para meterse dentro de mismo y no pude evitar recrearme en él. Era guapo, lo suficiente para ponerme inquieta pero no era eso lo que solía ponerme nerviosa, sino su personalidad. Fredek Petrov tenía un aura monstruosa que envolvía e invitaba a pecar y no solo era eso, sino también la seguridad con la que conducía todo en su vida. En sí parecía un hombre sin temores y sin debilidades.
—¿En qué piensas? —dijo mirándome de reojo—. Te has quedado callada y aunque no te temo preferiría saber por dónde van a atacarme.
Reí ante lo que acababa de escuchar y eso pareció complacerlo porque detuvo el auto y me observó.
—Solo pensaba en lo difícil que pareces ser —dije divertida al ver su expresión—. En lo difícil que debe ser una persona como tú.
—Te aseguro que soy más simple de lo que imaginas —respondió tomando mi mano para darle un beso—. Solo que también soy un excelente actor.
Pensé en sus palabras y en que tal vez no éramos tan diferentes, al final ambos dábamos una cara al público.
—¿Vas a llevarme a un hotel? —dije cambiando el tema—. ¿O a dónde piensas llevarme?
Empezó de nuevo a conducir no sin antes lanzar una carcajada ante lo que dije.
—Adoro que seas tan directa —respondió con una sonrisa—, pero no, no voy a llevarte a un hotel. Jamás visito hoteles de paso. —Hubo una pausa—. Eso es algo que me molesta mucho.
_¿Entonces el lugar donde me llevaste es tu hotel particular? —inquirí un tanto incómoda—. ¿Es a donde las llevas a todas?
Hubo un silencio en donde no fue necesaria la respuesta pero aun así por extraño que pareciera quería oírlo, quería saber la verdad, cual fuese la razón yo necesitaba saber qué lugar tenía aun cuando mi subconsciente me lo decía pero de alguna manera era necesario escucharlo para no perderme en el gusto por un hombre. Saber que no era más que otra en la lista era lo que necesitaba.
