Capítulo 44

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Cuatro días habían pasado desde entonces y ella no había vuelto a abrir los ojos

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Cuatro días habían pasado desde entonces y ella no había vuelto a abrir los ojos. La desesperación aumentaba a medida que su tez se tornaba mucho más pálida y su semblante cada vez más demacrado.

    Temía un desenlace diferente al que había construido apenas supe que había sobrevivido.

    No quería imaginar una vida sin ella, no quería que nos dejara solos.

    Miraba a mi hijo que en esos días parecía haber crecido mucho, aunque solo eran cuatro días pero sus ojos parpadeaban y me miraban con detenimiento, bostezaba y dormía todo el tiempo como todos; sin embargo a mí me parecía el gesto mas hermosos que nunca hubiera visto. Mi hijo era perfecto y necesitaba a su madre.

—Podrá llevárselo de ser posible mañana —dijo la enfermera con un gesto de consuelo—. Es un niño muy fuerte y ya está listo para ir a casa.

    La miré antes de darle una sonrisa de desanimo.

—¿Cree que pueda llevarlo con su mamá solo unos instantes? —pregunté esperanzado—. Tal vez él la haga volver.

—Ella es débil —respondió de forma pausada—. No en coma. Es un estado de inconsciencia que puede empeorar con las emociones. Su corazón no es fuerte.

    Agaché la vista desilusionado y sintiéndome cada vez más desdichado.

—O tal vez —prosiguió—. La anime a levantarse. Es un riesgo a correr. Deje que pida la autorización y en un momento se lo llevaré a la habitación.

    Asentí repetidamente antes de ir a verla como cada día desde que todo había iniciado. No me había separado de ella más que para rendir declaración y llamar a mi amiga para darle la noticia.

    Blair parecía agotada pero se negaba a moverse de hospital aun cuando después de la llegada de Sebastian que se había ofrecido a quedarse.

    Solo estábamos nosotros y Richard que llegaba cada que sus funciones se lo permitían.

     Entré a la habitación de Keira y me senté a su lado como cada día. Le conté sobre el bebé, le dije lo grande que estaba y lo hermoso que era; la alenté a que se despertara para verlo.

    La enfermera entró trayendo consigo a mi pequeño. No quería ponerle un nombre, no hasta que ella despertara y lo hiciera. Hasta que ella eligiera.

     Tomé al bebé en brazos y lo besé antes de mirar a la enfermera.

—Solo unos minutos, volveré al cabo de ellos —sentenció—. Este muchacho debe volver a su lugar.

    Sonreí a la mujer y asentí antes de verla abandonar la habitación.

—Keira, preciosa despierta —dije colocando su mano sobre la del bebé—. Está aquí. Ha venido a verte porque te necesita. Abre los ojos por favor.

Amor de habitación (Serie Amores 2)Where stories live. Discover now