Keira Cooper solo ha conocido el amor una vez y le fue arrebatado por la persona que debió protegerla; con los años no solo ha madurado su personalidad sino también ha crecido su rencor y su odio hacia ella por lo que se esforzará por encontrar un h...
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FREDEK.
Todo había ocurrido tan rápido que apenas podía pensar con claridad.
No escuchaba absolutamente nada de lo que decían los paramédicos y mucho menos era consciente de nada que no fuera ella.
Lucía pálida y aunque respiraba era evidente que estaba muy mal.
El estúpido había sido yo por descuidarla. Yo debería haber estado ahí con ella, con ellos y sin embargo no estuve.
La llegada al hospital me pareció infinito pero apenas bajamos una horda de médicos se acercó y ella fue llevada dentro sin decirme absolutamente nada.
Permanecí sentado sin poder creer que esto estuviera pasando, sin advertir nada hasta que vi a Blair cruzar junto Richard y Angie que apenas me miró.
—¡Dónde mierda estabas! —grité absorbido por el miedo—. Te pago para mantenerte a su lado no para que te vayas por ahí y la dejes sola.
Ella asintió y lloró.
Sabía que ella no tenía la culpa y que tampoco hubiera podido hacer nada pero en ese momento miles de emociones pasaban por mí y me aturdían tanto que necesitaba sacarlas de alguna manera.
Mis hermanos entraron junto a Cristale que tenía los ojos llorosos.
Amy se acercó a abrazarme y sin poder contenerme más comencé a llorar.
Mi hermano me arrastró lejos y me observó unos segundos antes de hablar.
—Angie no habría podido hacer nada —dijo y yo asentí—. Pero trato de entender cómo te sientes. Ella va a estar bien, ambos van a estarlo y no debes pensar en nada más.
—Tú no sabes una mierda porque has brincado de cama en cama —dije mirándolo con rabia—. Mi hijo o la mujer que amo pueden morir o peor aún puedo perderlos a ambos y dices que me entiendes. ¡Tú no entiendes nada!
—Pero somos tus hermanos y sabemos que estás destrozado ahora —respondió Amy—. Ven acá.
Me abrazó y acarició mi cabeza durante minutos hasta que pude dejar de llorar y calmarme un poco.
Mi madre que apenas había llegado se abalanzó sobre mí apenas volví a donde estaba el resto y Tonya se acercó a darme un abrazo comprensivo.
—Ambos van a ponerse bien —dijo con una sonrisa de ánimo—. Ella es fuerte y ama a su hijo.
Asentí repetidas veces tratando de convencerme.
Cristale extendió su mano que tomé antes de que me abrazara.
—Tranquilo —dijo sollozando—. Ellos van a recuperarse.
—Si se muere voy a morirme con ella —musité—. Ella no me puede dejar. Ninguno de los dos puede hacerlo.
—No lo harán —dijo con su sonrisa tranquilizadora—. No pienses en eso ya verás que todo saldrá bien.
