Capítulo 25

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La mañana llegó sin que yo pudiera dormir ni un solo minuto

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La mañana llegó sin que yo pudiera dormir ni un solo minuto.

    El corazón me dolía y el alma me pesaba de saber que lo había arruinado, porque esa era yo, la mujer que solo dejaba destrucción y porque al final yo no podía llevar a la vida de nadie amor. Estaba podrida y llena de odio.

    Me levanté observando mi rostro en el espejo. Parecía una sombra de lo que había sido los últimos meses y sin querer me vi comparando mi aspecto al que tenía hace diez años cuando lo había perdido todo.

    Aquella vez el dolor era diferente. Era desgarrador y tan profundo que respirar dolía y cada lágrima derramada destrozaba mi corazón.
  
    Ahora el dolor era diferente. Parecía no menguar y se sentía peor porque se mezclaba con la ausencia de mi hijo y con la bruma del olvido.

   Yo sabía que esta era la oportunidad que Angeline estaba esperando y que sin duda la iba a aprovechar. Hacía días que sabía que ella lo había buscado aquella noche y peor aun sabía que se había quedado con él en su departamento.

    Había fingido ante Blair diciendo que mentía solamente y aunque mi hermana no me lo había contado yo lo intuía. Si se habían acostado nunca me lo diría pero me había dolido y callé porque no pensaba dejar que ella me venciera pero ahora que no tenía una razón para pelearlo dolía aún más sabiendo que ya nada la detendría.
  
    Me senté mirando aun mi reflejo. Yo era tal y como me veía: una basura. Petrov había dicho las palabras que yo no me atrevería jamás. Yo no podría decírselo, no cuando mi corazón albergaba solo odio.

    Me puse de pie y busqué en la caja de recuerdos aquellos que solo me hacían daño.

    La fotografía de Jon estaba hasta el final y sobre él, la pequeña botella que contenía mi fin. Esa que solo ocuparía cuando llegara el momento y que tantas veces había remplazado por una nueva.

    Tomé la fotografía y sin esperar más la rompí sabiendo que era la forma en que lo dejaba ir. Lo amaría siempre pero era momento de dejar que la vida siguiera al menos en santa paz hasta que me reuniera junto a mi hijo.

    Caminé dispuesta a no dejarme caer de momento, pero el sonido de mi celular me sacó de mis cavilaciones. Me detuve para checarlo y la foto de Blair golpeada me hizo sentir que mi cuerpo se desvanecía. Corrí al baño vaciando nuevamente el estómago y llorando del miedo y la rabia.

    Ese malnacido iba a hacerle daño y yo estaba insegura de cómo proceder.

    Tomé mi bolso y sin esperar nada salí de mi departamento con los nervios destrozándome. El dolor era insoportable y el único lugar en donde sentía que podían ayudarme era ahí.

    Sabía que estaría ahí. Siempre lo estaba y que no me dejaría sola.

    Conduje sin fijarme mucho a mi alrededor y aparqué con miedo y las manos temblorosas.

Amor de habitación (Serie Amores 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora