Capítulo 49

21.1K 1.7K 136
                                    

—Richard es un chico listo —dijo con una risilla—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Richard es un chico listo —dijo con una risilla—. Sabe que voy a triplicar sus millones, tu hermano por el contrario nunca ha querido invertir porque esos negocios no le llaman la atención. Me sorprende que haya elegido uno de moda para invertir pero bueno, no pienso abandonarlo, no pensaba hacerlo, solo quería que vinieras hasta acá. Reitero que fue idea de Richard, no mía. Lo que no voy a permitir es a ese tipo, pero eso lo hablaré con tu hermano.

    Volví a reír y me recosté sobre él.

—Llámale —dije presionando—. Lo dejé en casa, mortificado por todo y debe estar preocupado por mí.

—No voy a llamarle —declaró dejándome estupefacta—. Vamos a ir porque mi hijo no debe estar solo sin su madre.

    Sonreí al escucharlo y le di un pequeño beso.

    Me indicó que lo esperara unos segundos saliendo de la habitación y volviendo alguno minutos después para darme otro beso y luego tomarme de la mano para guiarme a la salida.

    Se detuvo al menos cinco veces en el camino del despacho al auto para besarme.

    Parecíamos dos adolescentes hormonales dando espectáculos por la casa y finalmente me subí al auto mientras él rodeaba para subirse y conducir a casa.

    No dijimos una palabra en el camino. No hizo falta, no cuando la sensación de calidez de sus manos me hacia sentir todo el amor que me tenía.

    Llegamos a casa y apenas aparcamos se bajó para abrir la puerta y ayudarme a salir.

     Aprovechó para darme un nuevo beso y volver a decirme que me amaba.

    Entramos a casa que estaba en oscuras por lo que encendí el interruptor imaginando que mi hermano ya se había ido y que Angie se había dormido.

    Angie apareció adormilada y sonrió al ver nuestras manos entrelazadas.

—Me alegra por ustedes —dijo bostezando—. Tu hermano se fue y dijo que le llamaras y el bebé está dormido. Mañana me dan los pormenores que me estoy muriendo de sueño. Buenas noches.

    Quise reír al escucharla y verla caminar de regreso a su cuarto. Iba a irme a la habitación con ella pero pero la mano de Fredek me detuvo.

—¿Qué es eso? —dije observando la pequeña mochila de viaje que llevaba—. ¿Vas a ir a algún lado?

—No —respondió—. Traigo ropa, quiero quedarme contigo esta noche, en realidad quiero pasar cada noche a tu lado.

    Me acerqué a él dejando un beso en sus labios y después lo guié al cuarto de Viktor.

    Nuestro hijo dormía plácidamente así que solo meció una vez su cuna y dejó un beso sobre su cabecita antes de volver conmigo y caminar enamorados a la habitación.

Amor de habitación (Serie Amores 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora