Capítulo 17

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Bloqueé mi teléfono y lo dejé sobre el lavabo. No sabía en qué momento mis piernas y mis dedos comenzaron a temblar, pero lo odiaba.

¿Quién se creía él para pedirme hablar?. Era un total idiota si creía que yo hablaría con él después de mentirme de tal manera y de todo lo que había dicho de mí para Phoebe.

Miré mi reflejo a través del espejo, mis ojos maquillados se encontraban opacos. El azul vivo que era dueño de mis ojos ya no estaba y gran parte de la culpa la tenía Wil. Pero lo que más me lastimaba era el comportamiento de mi papá. Prefería que me gritara mil veces a que me ignorara. Su comportamiento era estúpido, ¿porqué enojarse por salir con un príncipe cuando ni siquiera yo sabía que lo era?, sin contar que se puso mas furioso cuando le dejé bien en claro que no dejaría la academia.

Aunque tratara de acercarme a él siempre encontraba una excusa para no pasar más de un minuto a mi lado. Lo extrañaba, extrañaba estar a su lado, su risa, sus abrazos y escuchar sus nuevas ideas para llevar más arriba a su empresa. Lo necesitaba en estos momentos, en el cual tenía el corazón partido en mil pedazos. Necesitaba sus consejos y sus palabras de aliento. Quería que estuviera conmigo como lo había hecho cuando Josh había terminado conmigo.

Cerré mis párpados, dejando escapar un suspiro lastimero. No quería llorar, no podía llorar. Me había prometido ser fuerte, y aunque sabía que no lo era lo intentaría. Luchando contra las lágrimas que amenazaban por salir, comencé a desarmar el tirante rodete. Retiré hasta la última pizca de maquillaje de mi rostro y entré a la ducha, dejándome llevar por el sonido de las gotas de agua salpicando el piso y la agradable sensación del agua tibia corriendo por mi cuerpo.

...

Mañana mismo volaré a Italia y no me importa si no estás de acuerdo —habló Emma al otro lado de la pantalla de mi teléfono—. Prometimos estar para la otra en sus tiempos más difíciles, y eso haré.

—Te perderás las clases del colegio —le recordé. Aunque la necesitaba a mi lado no podía dejarla volar hasta aquí y que se perdiera sus clases. Sabía lo importante que era el colegio para ella, no le permitiría faltar unos cuantos días.

En estos momentos el colegio no es mi prioridad —habló seria—. Además podré ver a Sam —mordió su labio inferior, tratando de contener una sonrisa. Rodé los ojos.

—No entiendo porque no están juntos. Se nota a kilómetros que se gustan —vi como las mejillas de mi mejor amiga tomaban un color rosa. Sonreí burlona.

Cállate —me fulminó con la mirada—. Volviendo a lo importante... Logré convencer a mi mamá que me dejara quedar cinco días contigo pero volveré para verte interpretar a Odette —dijo lo último un poco más alegre.

—Gracias por no abandonarme —le sonreí—. No te imaginas cuanto te quiero y cuanto te extraño.

También te quiero, pero no comencemos con cursilerías —me sonrió traviesa—. ¿Cómo te sientes para una buena sobredosis de chisme? —me hundí más en mis almohadas, mientras le sonreía.

La ballerine (COMPLETA)Onde histórias criam vida. Descubra agora