Maiana Pasquarelli fue adoptada por un matrimonio italiano luego de unos pocos meses de su nacimiento. Cuando su padre adoptivo se entera de donde proviene ella, decide mudarse a Madrid, España con la escusa de un "cambio de aires", cuando en realid...
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¿Alguna vez han estado en el lugar incorrecto en el momento incorrecto?.
Yo si.
Sin embargo, sentía que estaba en el en el lugar correcto en el momento correcto.
Sabía que estar escuchando conversaciones ajenas detrás de las puertas estaban mal, pero en mi defensa los gritos del otro lado de las puertas se podían escuchar por todo el castillo.
Se podían escuchar los gritos histéricos de la madre de Phoebe y de su marido. Estaba recorriendo los pasillos del castillo tratando de escapar tan solo unos minutos de Phoebe. Ella con la llegada de Maiana al castillo se había vuelto mas celosa y controladora. Sabía que temía que yo me liara con su prima, porque era consiente que Maiana me atraía, para no decir que me gustaba, por esa razón Phoebe pasaba las veinticuatro horas del día pegada a mí.
Volviendo a lo que realmente en este momento me interesaba, que era lo que la progenitora de mi novia había dicho. Ella fue quién había arrebatado a Maiana de su madre. Fue ella quién por dejarse llevar por la envida y la sed de poder, había intentado desaparecer a Maiana del mapa. Le había confesado a su marido que ella había dejado a Maiana frente al orfanato a altas horas de la fría noche deseando que muriera a causa de la hipotermia. Sin embargo nada de eso había sido suficiente, porque Maiana estaba con vida y nuevamente volvía a estar con su familia biológica.
—Estoy decepcionado de ti —el príncipe Leonard había bajado la voz, sin embargo se podía escuchar perfectamente—. No te conozco. ¿En que momento te convertiste en una mujer sin escrúpulos?. Isabella es mi sobrina, y no me interesa que lo hayas hecho para que nuestra hija en un futuro pueda ser la reina. ¡Por dios, estamos hablando de la hija de mi hermano!.
—Leonard, por favor escúcham... —su voz salió ahogada.
—¿Qué te escuche? Ya he escuchado demasiado —estaba tan atento a la conversación que no me percate que alguien estaba detrás de mi hasta sentí como tocaban mi hombro.
Mi cuerpo se tensó de inmediato. Solo podía pensar en que me habían descubierto. Giré lentamente hasta quedar frente a la princesa Marina. Me miraba interrogante, en cuanto abrió la boca para hablar coloqué mi dedo índice en mis labios, indicándole que hiciera silencio. Si los padres de Phoebe descubrían que había estado escuchando gran parte de la conversación sabía que iba a estar en grandes problemas.
Marina guardó silencio, pero luego tendría que darle explicaciones.
—¡No me arrepiento de lo que hice!—me volví hacia la puerta para poder escuchar con mas claridad—. ¡Lo volvería hacer mil veces más con tal de no ver a mi hija en las sombras de nadie!.
—¿De qué están ha...
—Luego te explico —interrumpí a Marina. Asintió y se acercó mas a la puerta.
