Capítulo 28

5.5K 431 23
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Muchas personas bebían alcohol o consumían drogas para evitar pensar o sentir aquello que tanto le dolía o preocupaba. Era una forma de escapar de la realidad en la que vivían, aunque sea tan solo por el tiempo en que el alcohol o la droga hacía efecto. Pero, luego de que los efectos pasaran volvían a la realidad, dónde las preocupaciones y el dolor que sentían volvían, y a veces con mas fuerza.

El ballet al correr de los años, además de ser lo único que me apasionaba, era de algún modo, lo único que me hacía olvidar de todo. Bailar era una manera de dejar lo que me preocupaba. Pararme sobre mis punteras y realizar distintas piruetas o pasos al compás de la suave melodía, era dejar de pensar en lo que me atormentaba ya sea por tan solo unos minutos o unas cuantas horas.

De alguna forma, el ballet se había convertido en mi droga, lo necesitaba para olvidar lo que me rodeaba.

Por esa razón, con mis zapatillas de puntas colgadas en uno de mis hombros, recorría los espaciosos, iluminados e interminables pasillos del castillo buscando algún lugar en donde poder practicar un poco. Necesitaba, desesperadamente escuchar una suave melodía y moverme al compás de ella. Lo necesitaba como un alcohólico necesitaba al alcohol.

Había llegado al castillo hace unos cinco días atrás, y sorprendentemente había sido muy bien recibida. Tenía que admitir que la familia real -a excepción de Phoebe y su madre- me hacía recordar a mi familia que había dejado atrás para venir a vivir al castillo. Aunque no por eso olvidaba que mis padres biológicos habían hecho cuando yo había nacido, si, me habían explicado la noche en que todo salió a la luz que ellos no me habían abandonado, si no que me habían arrebatado de su lado.

Sabía que querían hablar conmigo de ese tema, tarde o temprano teníamos que hacerlo. Pero no me encontraba preparada para afrontar la verdadera realidad, cuando toda mi vida me había encargado yo misma en pensar que mis padres biológicos eran unas persona sin sentimientos ni corazón. Necesitaba tiempo para poner mis pensamientos y sentimientos en orden, me conocía, y sabía que si en este momento estuviéramos hablando de ese tema yo me negaría a aceptar cualquier explicación que me quisieran dar. Cuando estuviera lista para saber la verdad yo misma me acercaría al rey Enrique y a la reina Sofía.

Por ahora se tendrían que conformar con que yo estuviera viviendo bajo su mismo techo.

No sabía en que momento la reina Sofía había aparecido por el pasillo que iba caminando, pero se encontraba al menos a tres metros de mí. Llevaba un vestido sencillo pero elegante color celeste. Su cabello castaño estaba recogido en un perfecto moño y su rostro estaba maquillado de una forma natural. Sabía que no esperaba verme por aquí, lo supe por su rostro.

En contra de mi voluntad seguí caminando por ese largo pasillo, tal vez si la ignoraba por completo ni siquiera me dirigiría la palabra, pero sabía que eso era descortés, y si mamá estuviera aquí me regañaría por hacer eso.

La ballerine (COMPLETA)Where stories live. Discover now