Capítulo 27

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Sentía mi cuerpo pesado, al igual que mis párpados y mis oídos estaban aturdidos. Luché con separar mis párpados, y cuando pude los volví a cerrar de golpe cuando una luz me dio de lleno en los ojos. Me quejé, mientras comenzaba a removerme en mi lugar. Parecía que estaba en una cama, pero, ¿cómo había llegado aquí?.

Comencé a oír susurros, al igual que sollozos, esperen... ¿Sollozos?.

Separé mis párpados por segunda vez, aunque al principio mi vista estaba borrosa, luego de unos segundos ya podía ver bien. Fruncí mi seño al ver tantos ojos sobre mí.

Los sollozos se habían vuelto más fuertes. Dirigí la mirada hacia donde provenían, encontrando a mamá. Era ella quién sollozaba aferrada de mi padre. Mi seño se frunció mas aún, ¿por qué mi madre estaba llorando?, ¿qué había pasado para que ella estuviera así?.

—¿Mamá?... —mi voz salió raposa.

Aclaré mi garganta, necesitaba agua. Como si me hubiesen leído la mente, un vaso con agua apareció delante de mí. Miré a quién me había llevado el vaso con agua, era Marina. Le agradecí, luego bebí grandes sorbos de agua.

—Mamá, ¿estás bien? —ella ya se había calmado un poco. Se acercó a mí, envolviéndome en sus brazos—. ¿Mamá?...

—No me iré de tu lado, lo prometo —me susurró, estaba segura que solo yo lo había escuchado.

Miré a mi alrededor, encontrándome con los ojos preocupados de Josh, me regaló una sonrisa, pero ésta no llegó a sus lindos ojos. A un lado de él se encontraba mi padre, me observaba preocupado. Seguí observando a las personas que me rodeaban, estaba la reina, Wil, Marina y la pareja que se parecían a mí.

Mis ojos se conectaron con los ojos cafés de la mujer. Parecía que había estado llorando, su maquillaje estaba corrido, sus ojos estaban hinchados y tenían un color rojizo. Le mantuve la mirada por unos segundos, hasta que la realidad me golpeó.

Mi respiración se aceleró de acorde iba recordando. Ella me había llamado Isabella, yo era la bebé que habían arrebatado de su lado hace dieciocho años atrás.

El aire se me atascó en mis pulmones.

Estaba frente a mis padres biológicos... ¿Cómo se suponía que tenía que sentirme?, ¿Cómo debería actuar ante tal situación?.

—Necesito volver a casa —rogué, mirando a mi padre. Éste solo me observó, haciendo una mueca con sus labios.

Solo necesitaba estar en casa, con mamá y papá. Siendo los tres, como siempre habíamos sido. Una pequeña familia feliz, llena de amor. Necesitaba volver a mi habitación, dentro de las cuatro paredes que en poco meses se habían vuelto en mi refugio.

—No creo que eso fuese posible... —una voz gruesa habló. Miré a quién había hablado. Encontrándome con unos ojos idénticos a los míos.

—No, déjala —la mujer que tenía los ojos hinchados y rojizos le tomó la mano—. Necesita estar sola —los ojos de la que decía ser mi madre biológica chocaron con los míos. Lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos cafés, tuve que apartar la mirada. No me gustaba ver a las personas llorar.

La ballerine (COMPLETA)Where stories live. Discover now