Capítulo 35

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—Solo un poco más... —susurró Maite. Unas de las tantas mujeres que había conocido en el castillo los casi dos meses que llevaba en este lugar. Ella, al igual que varias mujeres más  estaban encargadas de ayudarnos con nuestra vestimenta y peinados.

Contuve el aire en mis pulmones, apresando mi labio inferior entre mis dientes. Maite tiró aun más de los cordones de mi corset. Automáticamente la frase tan dicha por muchas mujeres vino a mi mente: "la belleza duele". Claro que dolía, asfixiaba y desesperaba. ¿Por qué los corset de los vestidos tenían que ir tan ajustados?.

Ahora entendía lo que las mujeres de otras épocas sufrían.

Ser mujer dolía.

Verse como princesa dolía.

¿Por qué demonios había elegido que el vestido llevara corset?.

En éste instante el baile real de antifaz no se sentía tan buena idea como lo había pensado hace semanas. Esta noche podíamos vestir como lo hacían las personas de la familia real hace décadas atrás, pero por supuesto con un antifaz. Era uno de los famosos bailes que año tras año llevaban a cabo mi familia biológica.

—Creo que ya esta listo —hablé. Comenzaba a desesperarme. Jamás en mi vida había tenido algo tan ajustado como en ésta ocasión.

—Listo —anunció con voz cantarina. Mis dedos dejaron de presionar el borde de la silla.

Me permití respirar con normalidad cuando se apartó sus manos de mí. A través del reflejo del espejo situado frente a mí, observé a Maite acercarse a una caja delicada de terciopelo. De allí sacó un delicado antifaz color dorado, se dirigió a mí con cuidado, acercándolo a mi rostro. A elección mía, me habían peinado tal y como la princesa Bella de la Bella y la Bestia. La colocó con delicadeza, tratando de no estropear mi peinado y maquillaje.

Curvó sus labios en una sonrisa.

—Perfecta —susurró observándome. Le sonreí agradecida. Mis ojos buscaron mi reflejo.

Solté un jadeo. Por primera vez me veía y me sentía como una princesa. Parecía como si hubiera vuelto al siglo XIX. Donde las princesas vestían de elegantes vestidos de hermosas telas. Me habían dado la libertad de elegir mi vestido. Y siendo fiel amante de Bella elegí un vestido como el que Ema Watson usó en la adaptación de La Bella y la Bestia del año 2017. Pero su vestido no llevaba corset, el mío si. Había quedado perfecto, lo tenía que admitir.

Tocaron las puertas de mi habitación.

—¿Ya es hora? —pregunté un poco nerviosa.

Era la primera vez que me haría presente frente a más príncipes, princesas, reyes, duques y demás. Sabía como tenía que actuar delante de ellos, ya que se habían encargado de que tomara algunas clases de "como comportarme frente a otras familias reales". Sin embargo eso no me sacaba el miedo, miedo de ser señalada y juzgada por los demás.

La ballerine (COMPLETA)Where stories live. Discover now