Desafiando a Dante (Desamores #1)

Capítulo I: Estúpido Dante.

¡Espero que les guste! Los amaré con todo mi corazón de pollo si les gustó o se quedarán 💕.

VERANO 2016.

Seco mi sudor con mi mano derecha, que está libre, para después abrir la puerta de mi cuarto que no ha sido usada en los dos meses que me ausenté para estar en Monterrey para pasar las vacaciones con mi papá, Leonardo. Fue agradable, hasta que me dijo que se mudaría a Estados Unidos porque una empresa importante quería contratarlo como su abogado. Arrastro mi maleta, mientras murmuro maldiciones hasta que logro que entre de lleno a mi cuarto.

¿Quién me manda a mí traerme miles de libros y ropa de allá? Claro, aquí en C. apenas y puedes encontrar ese tipo de calidad y a un precio muy bajo como allá en Monterrey, pero, también mi padre quiso consentirme demasiado.

Como mis padres están divorciados, mi padre no ha podido pasar tanto tiempo conmigo desde que firmó los papeles, en lo que respecta los últimos dos años. También puedo oír las quejas de mi madre desde abajo, y yo sólo puedo rodar mis ojos porque sé lo duro que fue cuando mi padre por fin se la aplicó.

Mi padre tiene una pareja, de apenas dos años, y aún no tienen pensado tener hijos de nuevo, por lo que fue una gran noticia para mí, y la mujer me agradó demasiado, que la acepté porque sé que mi padre llegará a desposarla en cualquier momento, por cómo la ve, y por cómo ella lo ve.

No hay problemas con ellos, lo juro. Bueno, yo no soy la que tiene esos problemas. Nadie más que mi dulce madre.

- ¡Verónica! -Grita mi madre para que la escuche de lleno.

- ¿Pasa algo, mamá? -la casa es lo suficientemente grande para sólo dos personas, pero las paredes son tan delgadas que no hay necesidad de gritar.

- ¿Ya desempacaste? ¡Para que me acompañes a comprar con René al supermercado! -Básicamente, René es la encargada de la limpieza de la casa, y me cae muy bien, apenas lleva poco tiempo trabajando con nosotras, pero se ha ido adaptando bien.

- ¡No! -lo menos que quiero es ir al supermercado a las ocho de la noche, muchas gracias- ¡aún tengo que sacar mi ropa sucia, madre, así que vayan sin mí!

- ¡Bien! ¡Por cierto, ya me enteré que tu padre se irá a vivir a Estados Unidos o algo así con la bruja de su novia! Seguro la deja en un mes -escucho que mi madre refunfuña más para sí misma que para mí. Ruedo mis ojos, pero no le digo nada sobre eso, porque lo lleva diciendo desde que mi papá me dijo que tiene novia, desde hace más de un año.

-Okay.

No me gusta recordar el hecho de que mi padre se mude aún más lejos de mí. Lo detesto más que a nada en la vida, porque, la razón principal por la cual no se mudó cerca de nosotras fue porque mi madre no dejaba de hostigarlo con que debían volver, si es que aún no lo sigue haciendo.

A mi madre le molesta más que nada, que la mujer con la que se va a casar mi papá es una mujer coreana, la cual está muy bien conservada y más joven que mi madre.

Escucho que cierra la puerta de entrada con fuerza, y sé que ahora se ha puesto aún más de mal humor, como si eso fuera siquiera posible. Agarro mi maleta de los lados, y la echo a mi cama que tiene un edredón rosa pastel que combina con el cuarto afeminado. Hago una mueca cuando visualizo el póster de mi banda favorito un poco arrugado.

Seguro René dejó la ventana abierta por accidente anteriormente, porque ahora la ventana está cerrada con pestillo, y puedo observar lo alto que está el árbol, y más vivo que antes. Sonrío cuando recuerdo que Dante y yo lo bautizamos como nuestro, porque su ventana también da al árbol.