Capítulo XXVI: Un beso en la piscina.

3.5K 179 0
                                    

"Él no, por favor" dolor, hubo dolor en su voz y no puedo dejar de pensar en ello, mientras apenas toco mi comida. Suspiro en rendición, el espagueti verde sólo hace que mis entrañas se revuelvan, y no se siente para nada agradable. Puedo sentir la mirada azulada de quien es mi cita.

A pesar del incidente con Dante, Caleb me pidió disculpas y me quiso recompensar con una cena a la luz de las estrellas. Debería ser romántico como mi primera cita, pero, no lo siento así. Sólo siento el sabor amargo de la traición que le hago a Dante saliendo con su mejor amigo, cuando no quiere que lo haga.

Pero, yo quiero salir con Caleb, y ese el maldito problema.

— ¿Estás bien? Apenas has tocado tu comida, niñita. —Murmura Caleb, y el silencio que nos embargaba fue roto por él, cuando un bufido pequeño sale de su boca—. Sé que seguro está remordiéndote la consciencia lo de Dante. Es sólo un maldito entrometido.

—No hables así de él, Caleb. Sigue siendo tu mejor amigo. Sé que estás molesto, pero, recuerda que hemos sido como hermanos por años. —Defiendo a Dante. Caleb rueda los ojos, y se lleva un bocado de pechuga de pollo que hay en su plato. Hace una mueca al comer, y después deja el tenedor en su plato.

—Lamento haber sido un imbécil, ¿ok? —De pronto habla de nuevo—. Me gustas demasiado, Ronnie. He esperado por ti por años. No quiero que Dante me haga perder esta oportunidad. Y si te estás arrepintiendo de salir conmigo, puedes decírmelo y terminamos con lo que sea que tengamos.

—No podemos terminar algo que nunca empezó —digo divertida, tratando de aligerar el ambiente. Caleb me ve con cara de pocos amigos, pero después suspira en rendición.

—Ya. Me dueles. —Bromea él, cínico. Pongo mis ojos en blanco.

—Dale un poco más de emoción, rubio.

—Le di emoción. —Ladea la cabeza, con una media sonrisa. Su cabello rubio está tan despeinado, que no puedo evitar pensar que se ve jodidamente caliente. Niego con la cabeza, queriendo rodar los ojos, pero mejor me controlo y sonrío a su par—. Espera un momento, ¿tú crees que no tengo sentimientos? ¿Así me ves como persona, Ronnie? —Puedo ver una chispa de dolor. Muerdo mi labio, sintiéndome mal.

—Lo siento, Caleb... No creí que... —Sueno un poco atontada, ante su tan radical cambio de humor, pero después ríe abiertamente. Quedo un poco desconcertada ante ello.

— ¿Eso fue suficiente emoción? —Sin pensarlo dos veces, le aviento un espagueti, haciendo que se le pegara en la frente. Él para de reír, y agarra con una mueca de asco el fideo. Después me lo lanza a mí, y yo hago una "o" con mis labios.

— ¡Eres un imbécil! —Le aviento un pan. Caleb lo logra esquivar, pero también lanza hacia mi rostro un pedazo de carne, que me da en la mejilla. Me río, y murmuro un "auch", que es interrumpido por risas escandalosas de Caleb.

Así nos la pasamos toda la cena, sin importar que al día siguiente tuviéramos clases. Desde hace tiempo que no disfrutaba estar con alguien más sin problemas arremolinándose en mi cabeza, uno tras otro, sin dejarme siquiera dormir. Estar con el rubio oxigenado, no es tan malo como parecía semanas atrás.

— ¡Oh, Dios! ¡No me has lanzado una papa! —Exclamo cuando la salsa que llevaba la papa me mancha el camisón que me ha mandado a comprar por sus trabajadores horas atrás. Es blanco, o lo era, antes de que me lanzara una papa llena de salsa roja. Agarro como puedo la papa, y se la lanzo con toda mi fuerza, dándole en la frente, donde se hace hacia atrás.

— ¡Creo que me dejaste un moretón, niñita agresiva!

—Eres tan dramático.

—Mira quién lo dice.

Desafiando a Dante (Desamores #1)Where stories live. Discover now