Capítulo XLI: Verás que estaré ahí, linda.

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Perdón por ser muy cursi, me encantan estos batos<3. (Ya llegarán los vergazos).

Pero, sorpresaaaaa. Si se empalagan o se enojan no es mi culpa xdxd.


Han pasado un mes y tres días desde que somos novios Dante y yo. Hemos, literalmente, guardado este secreto por todo este tiempo, pero también ha habido complicaciones, tales como mi madre, Sebas, Caleb y Sergio. Todos ellos saben que estoy saliendo con mi mejor amigo. Con el cual paso la mitad de mis recesos casi todo el tiempo, sólo platicando, y tratando de que pase todo esto desapercibido para gente que conoce o platica con Regina.

Y sí, ¿por qué nos interesa tanto Regina? Bueno, era mi mejor amiga, y ahora estoy saliendo con su hermano menor. Es un tema un tanto delicado, y de sólo recordar cómo le jaló las greñas (y un poco más) a Lotta, la que por cierto está saliendo con otro chico, me da un escalofrío de miedo.

Suspiro, cuando mis amigos platican entretenidos. Gloria y Lorenzo platican con una sonrisa idiota que no se les ha pasado aún cuando ya llevan como tres meses de noviazgo, y luego está Sarah, con su pancita apenas notable, pero de la cual todos saben, y que terminando el quinto semestre, se sale del colegio.

Sarah no ha tenido más complicaciones; y ha estado pegada a Caleb como una lapa. Lo llama cuando siente mareos, o cuando quiere un antojo rarísimo. El más común es el de papas con chocolate, y no cualquier chocolate encima, sino que de Nutella. Caleb siempre que está a su lado, se la pasa tocando su pancita con mucho amor.

Después está Sergio, que se la pasa bromeando de algo hacia su hermano. Caleb se ha peleado con su padre, arreglando todos los problemas, y trataron de crear un plan. Así que, Miguel ya los dejó de perseguir, y mi madre ya está más feliz, eso es algo. Supongo que sobre eso ha de estar fastidiándolo.

Y yo... no puedo ni acercarme a Dante. No cuando tengo a Lorenzo aún con el rencor por lo de su hermana, que por cierto, no he preguntado. Aunque, es raro, porque si no puede tocar a una chica como dice Sergio, ¿por qué humillaría a la hermana de Lorenzo, desnudándola? ¿Tan cruel habrá sido? ¿O es un jodido malentendido?

— ¿Ya saliste de clase, morena? —Pregunta Dante, por teléfono. Suspiro, y veo el reloj en mi muñeca que marcan las tres de la tarde, y sólo tengo tres horas para comer, bañarme, y cambiarme para ir a entrenar. Estoy sola, en la entrada de la escuela, y es que he salido hace una hora como todos, pero Dante y el equipo de básquet se quedan, ya que tienen entrenamiento desde las doce la tarde.

—Ya, morocho —y ese es su nuevo apodo. Hemos decidido no tener apodos cursis entre los dos, y tal vez es lo mejor. No nos gusta ser tan empalagosos, pero tampoco tan fríos—. Me estoy hartando de estos horarios, lo bueno es que ya salimos en dos semanas. Ya quiero la Navidad.

—Estás demente, Ronnie. —Bufa él, riendo—. Ahora salgo, espérame quince, y verás que estaré ahí, linda.

—Bien, sólo no te tardes mucho, por fa. Me está rugiendo el estómago. —Hago un puchero, aunque no lo pueda ver. Dante vuelve a reír, y sé que ha negado con la cabeza; lo conozco como a la palma de mi mano.

—Yo invitaré la comida, no te preocupes, morena glotona —"yeah" digo cuando escucho eso, y ya me imagino el manjar que me comeré—. Ahora siento que sólo estás conmigo porque yo soy el que siempre invita las comidas, Verónica.

—Me has cachado, y pediré el más delicioso platillo del lugar donde vayamos —me burlo, con sorna, y puedo sentir su sonrisa cuando bufa, indignado.

¡Eh, Dante, ¿es que ya te han atrapado?! ¡Tío, pero qué colado estás! ¡Hasta sonrojado tienes el rostro! —Escucho que le gritan por la línea. Dante dice un "mierda", y trata de callarlos.

Desafiando a Dante (Desamores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora