Capítulo XXXVIII: Las has perdido todas.

2.8K 143 9
                                    


—Estás saliendo con Dante —cierro la puerta detrás de mí, a pesar de que sé que Sergio lo ha escuchado, pero decido restarle importancia. No he hablado con él en una semana.

— ¿No te ibas hoy? —Pregunto con voz monótona, pasando de él y caminando hacia el otro lado del pasillo, donde está mi recámara, pero su mano me impide caminar. Rodea mi muñeca, y me estampa contra la pared.

— ¿Por qué estás saliendo con Dante cuando apenas hemos terminado, Verónica? —Espeta con rigidez. Sus ojos azules muestran la furia que ha estado contenida. Le miro con enojo, tratando de forcejear, pero es inútil cuando es más fuerte que yo.

—Tanto como te importó nuestra relación, Caleb, es como a mí me importó. Supongo que nunca fuimos una pareja, y nunca me sentí a gusto contigo. Dante me ha gustado desde siempre, y tú has querido estar conmigo. Así que no te pongas en tus moños cuando sabes muy bien que tú has sido el que me ha engañado —su rostro muestra la incredulidad. Caleb siempre había mostrado frío, apático, y ahora es todo lo contrario. Es fuego, que trata de alcanzarme.

—No lo entiendo. —Resopla, aún aprisionándome contra la pared. Joder, que es el cuarto de Sebas y duerme, lamentablemente, como una roca cuando está cansado—. No entiendo por qué todos gustan de un niñato como Dante. Por qué te has clavado con un niño que ni siquiera puede tomar sus propias decisiones.

— ¿Por qué mejor no te callas y lo dejas en paz? Dante es todo menos un niño. Se ha mostrado más hombre que tú en dos semanas —me encojo de hombros, sabiendo que he ganado. Caleb frunce los labios con desagrado, y gruñe. Vuelve a estamparme contra la pared cuando su agarre se vuelve más suave. Suelto un sonido de ahogo. No ha dolido, pero sí espantado.

Después pasa lo que menos esperé de él. Me besa, con fuerza, queriendo que también le responda. Es horrible, y me siento un asco porque no puedo zafarme de su agarre. Como puedo, aún con los ojos abiertos y él cerrados con fuerza, trato de golpearlo. Y es cuando veo mi oportunidad entre sus piernas. Estampo una de mis rodillas con fuerza en sus bolas. Él suelta un jadeo en mis labios, y su agarre se vuelve suave, rápido me separo de él a dos metros de distancia, limpiándome la boca con asco.

—Cuando estés en tus jodidos cabales, Caleb, me hablas. Ahora simplemente siento un puto asco hacia ti —sollozo, sintiendo las lágrimas bajar por mis mejillas con rapidez, ni siquiera volteándolo a ver, mientras tapo mi boca caminando hacia mi cuarto, viéndolo hincarse con lágrimas resbalando por sus ojos.

Corro hacia mi puerta, pero antes de cerrarla, escucho su voz llamándome, como si estuviera reteniendo un sollozo. Siento... lástima. Mi corazón se oprime, pero por el remordimiento.

— ¿Por qué te empeñas en dejar que él te haga daño? No sé cómo ser un buen novio, lo sé, Vero. —Me volteo a verlo, y Caleb se levanta con las rodillas temblando. Creo que le he dado muy fuerte—. Pero, por favor, sólo quiero una oportunidad más.

—Has perdido todas tus oportunidades desde que besaste a alguien más trayéndola a nuestra casa, sabiendo que Sebas estaba aquí. Las has perdido todas, Caleb. Te he dado muchas oportunidades y tú ni siquiera te diste cuenta. Dime, ¿cómo mierda quiere te dé otra jodida oportunidad cuando no supiste apreciarlas cuanto te las di todas las demás? —Limpio mis lágrimas, con el dorso de mi mano, mientras le sonrío al techo, no queriendo mirarlo. Sorbo mi nariz, y sonrío de lado, con tristeza. —Eres un gran idiota, Caleb. Te quiero mucho, demasiado. Pero, esto tardará en sanar más de lo que crees.

Lo volteo a ver, y me siento patética por estar llorando. Caleb baja la mirada, y sus labios están presionados en una fina línea.

—Les deseo buen viaje a Sergio y a ti —soltando lo último con una voz monótona. Entro a mi cuarto, y cierro la puerta detrás de mí.

Desafiando a Dante (Desamores #1)Where stories live. Discover now