Capítulo XL: Si no hay confianza, no hay amistad.

2.8K 163 4
                                    

Sarah sorbe sus mocos, escondiendo una sonrisa entre lágrimas mientras ve a Caleb tratando de aguantarse el llanto

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.


Sarah sorbe sus mocos, escondiendo una sonrisa entre lágrimas mientras ve a Caleb tratando de aguantarse el llanto. Yo estoy sobrando, pero no me importa porque me he alejado un poco, ya que nadie está en peligro. Me siento, mirándolos de lejos. Caleb sonríe, y sus ojos delatan lo que verdaderamente siente, y nunca lo había visto siendo tan jodidamente honesto con nadie.

- ¿Castro, Sarah? -Llama la enfermera, con una cara aburrida, pero, nos insiste con una mirada que pasemos con el doctor. Sarah asiente, y extiende su mano hacia Caleb. Éste frunce el ceño, pero la toma.

- ¿Lo abortarás? -Pregunta Caleb, y puedo escuchar su nudo en la garganta.

Sarah niega con la cabeza, una sonrisa de boca cerrada se extiende por su rostro.

- ¿No quieres conocer a nuestro hijo? -Sarah ríe, y lo jala hacia el cuarto donde le harán un ultrasonido. Me quedo en la sala de espera, y veo cómo los dos se pierden detrás de la puerta blanca, donde un señor mayor los saluda con una sonrisa amable.

Me limpio una lágrima traicionera, y saco mi móvil de mis pantalones, marcando a alguien en específico. Me levanto de mi asiento una vez más, yendo hacia la enfermera, mientras espero que me respondan el móvil. La enfermera hace una mueca de molestia, pero verdaderamente no me importa.

- ¿Podría darle esta llave a la chica pelirroja embarazada que acaba de entrar, por favor? -La enfermera asiente, y la ignoro tan pronto como contestan al otro lado de la línea.

- ¿Estás bien? ¿Qué pasó, morena? -Dice del otro lado, y el apodo que se quedó como el mío, me hace sonreír con ternura. Alzo la vista al techo mientras suspiro.

- ¿Podrías pasar a buscarme? Luego te explico, Ken morocho -me burlo, sonriendo. Dante hace un ruidito de fastidio.

- ¿Tú también? -Dice al otro lado de la línea y juraría que está haciendo una mueca de desaprobación y casi cruzándose de brazos. Ruedo mis ojos, y me relamo mis labios resecos.

-Sí, ahora, venme a buscar, esclavo -bromeo, y después cuelgo, sin ni siquiera escuchar su reproche.

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.
Desafiando a Dante (Desamores #1)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora