Poison - H.S [Español]

Capítulo 38

"Ten a tus amigos cerca, pero a tus enemigos más cerca" es lo que todos dicen. 

Sentía cómo me estaba enamorando de ella. Profundamente, hasta el punto en que estaba ciego. Todo tenía sentido entonces, estaba enamorado y ella estaba enamorada de mí también, solo que nunca lo había dicho. Aunque nunca lo dijera, yo sabía que era verdad. Pero estaba equivocado, estaba completa y remotamente equivocado. Me estaba utilizando. Me convirtió en algo que yo no era. Me cojo, me masticó y después me escupió como si fuera un despojo. La única cosa perdida en esta ecuación era la equivalente. Tenía que crear la equivalente para solucionarlo, y es exactamente lo que hice.

Seis meses. Han pasado seis meses desde la primera vez que vi a lo que entonces creía un ángel. Muchas cosas han pasado en lo que parece un corto periodo de tiempo. Ella ha pasado, yo he pasado, y eso ha pasado. Todo era tan familiar ese día, la lluvia, las nubes, la espesa neblina que parecía cubrir cada metro de la pequeña ciudad. Estaba igual que el primer día que conocí a Arabella, excepto que esta vez todo iba a ir cuesta abajo. Los recuerdos llenos de lujuria y amor se habían poco a poco transformado en cenizas. El sentimiento apenas era notable, pero se sentía ahí, ese pequeño sentimiento al acecho dentro de mi estómago, impidiendo toda la felicidad entrar en mi cuerpo. Ella se fue por la mañana, como de costumbre a pasear mientras yo me quedé sentado en el sofá, tratando de ver algo en la televisión que mantuviera mi mente ocupada. Algo no se sentía bien en mi estómago, cada vez que parecía desaparecer volvía de nuevo segundos más tarde, cada vez con más intensidad. Esperé a que ella regresara, esperando que ella pudiese distraerme, y paliar este dolor que sentía crecer en mi interior. Esperé por lo que parecieron horas y nunca regresó. Todas sus cosas seguían aquí, pero ella no. Esperé más, pero ella no regresó. Era extraño, siempre solía volver pasados veinte minutos, pero han pasado horas desde la última vez que la vi. Mi primer pensamiento fue que la habían secuestrado. Alguien se la llevó lejos de mi y empecé a sentir el pánico y la adrenalina correr por mis venas. Pero eso no tendría sentido. Todos sabían que ella era mía y nadie se atrevía a poner un dedo sobre ella. Entonces un pequeño pensamiento se cuela en mi cerebro. Él. ¿Volvió con él? Ella vivía conmigo, aunque decía amar a otro hombre. Me besaba cada noche, aunque decía que su corazón pertenecía a otro hombre. Ella me estaba constantemente diciendo que nunca me dejaría, pero, ¿y si yo solo fuera una distracción? ¿Una distracción a corto plazo? Me levanto y camino por el salón de atrás a adelante. Nunca la he visto con él. No tengo ni idea de como luce él y no sé ni como se llama. Ella rara vez habla sobre él, y cuando yo saco el tema, ella siempre cambia de tema rápidamente. Me molesta que no me diga siquiera algo tan sencillo como su nombre. No ha pasado ni un solo día desde que la conocí en que no me levantase pensando que me abandonaría. El pensamiento me perturbaba cada noche y aún seguía presente al despertarme al día siguiente. Es como si me golpease el pensamiento de que ella haya hecho lo que llevo temiendo desde el día en que la conocí. Se ha ido.

Hacía frío cuando di mi primer paso al exterior aquel día. Las calles estaban ligeramente encharcadas por la lluvia de anoche y absolutamente nadie camina por las calles. Es como si fuera una ciudad fantasma. Todo parecía normal, cada sitio por el que pasaba, cada esquina que giraba, todo seguía en su lugar exacto. Entonces, ¿por qué parece tan diferente a antes? A parte de la falta de Arabella, nada se sentía igual. Todo era solo...distinto. Estaba seguro de que volvería más tarde, pero me molestaba que no me hubiese dicho que se iría por tanto tiempo. Ella se ha marchado varias veces, múltiples veces de hecho, probablemente para pasar tiempo con la persona a la que ama. Nunca me molestó hasta ahora. Esta vez se siente diferente de las demás. Camino por la ciudad durante una hora, no hay señal de ella por ninguna parte, ni rastro. 

No puedo volver de vuelta al apartamento, probablemente acabaría encontrándome de nuevo buscándola por las calles una vez más, preocupado toda la noche hasta que encontrase su pequeña y preciosa cara. Necesito algo con qué distraerme.