10 - ¿Él es?

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No podía creer lo que mis ojos veían, tanto mis padres como mi abuelo estaban atónitos por otro lado Ámbar quería arrojar el televisor a la mierda.

¿Michel el padre de Sol y Matías?

Él ni siquiera sabe qué ellos son verdaderamente mis hijos, y si ya vió esto no tardará en preguntarme quién es el padre de ellos, ¡Es un dramático de primera!

¿Que haré ahora? ¡¿Qué le dire a Matteo?!

No es qué no sepa decirle todo, solamente que se molestará por el simple hecho que no fue directamente por mí que el se enteró.

—¡Enserio Michel!—gritó Ámbar—. ¡Por favor! ¡No hay nada más ilógico!

—Ámbar calmate que podes despertar a los niños—dijo mi abuelo.

—No puedo creer que este pasando todo esto—mi madre se llevo una mano a la cabeza—. Pero quién te manda a ir para allá Luna.

Bajé la cabeza.

—No hay otra culpable más que vos, debes de pensar otro poco más las cosas antes de hacerlas.

—No la martirices más Lili—mi padre abrazó a mi madre—. Bastante tiene ahora para que su propia familia este contra ella.

—Déjalo papá—interrumpí—. No esta en contra mía, solamente me dijo la verdad. Debí ser más cuidadosa—me puse de pie—. Creó que mejor iré a descansar, sé que mañana será un día lar...

El fuerte ruido de mi celular hizo detenerme, lo saqué de mi bolsillo y...

Era Matteo.

—¡Maldita sea es Matteo!—dije para todos.

—Tráelo contestaré yo—Ámbar se acercó—. Dire que vos estás dormida.

—¿Qué? No...—dije.

—Es una buena idea hija—habló papá—. Hazle caso a tu prima.

—¡Matteo no lo creerá, lo conozco!—dije.

—¡Entonces contéstale vos y decile que definitivamente Sol y Matías si son sus hijos! ¡Anda, hacelo!—habló mamá.

¿Por qué Lili se portaba así conmigo?

—Esta bien—dije—. Contesta tú—le di el celular.

Ámbar sonrió, se aflojo el cuerpo, puso su típico rostro y contestó la llamada;

—Hola Matteo—dijo, no escuché que respondió él—. No, Luna no está ahora. Tantas cosas en la tv la agobiaron y subió a dormir ya.

Yo estaba nerviosa, Matteo no es tan tonto.

—¡¿Justo ahora?!—Ámbar abrió los ojos—. ¡Matteo son casi la una de la madrugada, no podes venir ahora!

Mierda, mierda.

—¿Que hago despierta con el celular de Luna?—Ámbar sé puso tensa—. Bueno pues, yo estoy viendo las mil ilógicas cosas que pasan en la tv, Luna le dió una jaqueca, subió a su habitación y olvido el celular.

En qué estoy metida, Dios.

—¡Qué no podes venir! ¡Todos están dormidos!—gritó—. Sí, mañana, linda noche. Chao.

Y colgó.

—Quería venir a la mansión—dijo—. Pero despreocúpense—me devolvió el celular—. Pero tú—¿yo?—. Es mejor que prepares todo porque mañana si o si tenes que decir la verdad Luna, buenas noches.

Y se fue.

(...)

Hoy no había ido a la empresa, al menos aún no. Estoy por salir de la mansión, pero me detengo en el televisor dónde mi abuelo esta viendo las noticias.

1 | Todo lo hice por ti Where stories live. Discover now