1 | Todo lo hice por ti

27 - ¿Dónde esta Sol?

Creó que no había nada con que describir este momento, no encontraba las palabras exactas para describir lo que justamente sentía ahora.

¡Creí que jamás llegaría este momento! ¡Creí que definitivamente Matteo y yo no estaríamos más juntos!

Lo abracé y de momento supo la respuesta.

—Esta vez te prometo que es para siempre—dijo mientras me apretaba a él.

—También te lo prometo—dije.

Aveces el destino nos tiene tantas jugadas, algunas buenas, algunas malas, pero con esto puedo decir que fue la jugada perfecta. De pronto todo empieza a lucir bien, cómo siempre lo soñé, como siempre debió ser.

No fue malo al principio, pero si extrañaba a Matteo. Mucho más cuándo los niños empezaron a preguntar por su padre, ¿Dónde estaba? ¿Quién era? ¿Por qué no estaba aquí?

«Demonios, no sé como pude con tanto».

Creó que si hay amor, todo es posible. Y yo amo a mis hijos.

Pasaron unos minutos después para que cenáramos y Matteo se despidiese de mi y de los niños, no cabía en mi tanta felicidad.

—Me alegra mucho que ya estén juntos—dijo Matías sonriendo, entonces Matteo lo abrazó.

—Y así será siempre, campeón.

Los ojos de Matías brillaron.

—¡¿Promesa?!—preguntó.

—Promesa—confirmo Matteo.

Pero sin embargo había algo que no cuadraba, todo estaba bien, muchas sonrisas pero Sol no lo hacía de la forma cómo lo hace usualmente.

¿Lo estaba fingiendo?

¿Acaso Sol no quería que yo estuviese con su padre?

«No, no lo creó. Esta niña sigue aturdida por Norma».

Las miradas que le lanzaba a esa niña en la cena me daban miedo incluso a mí.

—¿Y tu princesa?—preguntó Matteo—. ¿Pasa algo pequeña?—dijo.

Sol negó con la cabeza, y esta vez sonrió un poco más real.

«Tengo que hablar con esta niña ahora».

—Yo también me alegró mucho que vos y mamá estén juntos—ella sonrió y abrazó a su padre.

—¿Nos vemos mañana?—preguntó Matteo—. ¿Desayunamos juntos?

Ellos inmediatamente dijeron que sí.

Y minutos después, Matteo se despidió de mí y se fue, y quién también se fue corriendo al jardín trasero fue Matías, Sol lo quedó observando con un rostro de; "ya no puedo más"

Entonces ella empezó a caminar lentamente hacía la dirección dónde estaban sus hermanos, y Norma. En el marco de la puerta, y con una distancia buena recargó su cabeza en la pared y suspiró.