58 - El gran día esta cerca

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—¿Por qué te estás riendo?—pregunté a Matteo cuando salí de ahí—

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—¿Por qué te estás riendo?—pregunté a Matteo cuando salí de ahí—. Esto es...

—Luna hablaste cómo si fuese una película de suspenso y arrepentimiento, enserio eres un caos—dijo, y yo tampoco pude contener la risa.

Dejamos al pequeño con su abuela, que volaría hasta Venezuela al día siguiente. Matteo no se cansaba de repetirme que me había "rifado" con lo que había hecho. Es cierto que le puse un poco–o mucho–drama. Pero tenía que hacerlo, tenía que hacer que el se arrepintiera, ¡vamos! Soy Luna, soy el drama andante.

—Te mereces un Oscar, eh amor—dijo Matteo llegando a la casa.

—¡Puedes callarte!—dije sonriente pero irritada.

Simon apareció en las escaleras y sin decir absolutamente nada se empezó a carcajear junto a Matteo de una forma exagerada.

—¡La hiciste de drama!—preguntó Simón entre risas—. ¡Sí la hiciste de drama!—solo se respondió.

—¡Basta!—grité.

—¡Ey ey! Tranquilos chicos, ¿Acaso es algo anormal?—preguntó Ámbar entrando con un plato de gorditas de Nutella.

«Por fin alguien de mi lado»

—O sea, el drama esta en Luna—dijo para sonreír.

Rodé los ojos y mejor me fui a living.

Ahí estaba Lili, Monica, Nina y Ana hablando, cambié el rostro cuando ví a Amelie sonreírme.

¿Qué hacia ella acá?

¡No la veía en la mansión desde la boda de Simón y Ámbar!

—Ame—dije y la saludé cuando se puso de píe.

—¡Luna, hola!—dijo—. Felicidades por el nene o nena.

Yo agradecí.

—Ame está acá para hacer tu boda lo más rápido posible—dice mi madre.

—Antes de que esa hermosa criatura que traes, crezca y no te deje lucir tu vestido, ¡tenemos que hacerlo!—dice Monica.

Nina asiente dándole la razón a mis dos mamás.

—Y es mucho mejor que cuando él o ella llegué al mundo, sus padres ya estén casados—dice Ana.

—Si dices un no, no te la acabas Benson—me dice Nina.

No tenía tiempo ni de hablar.

—Tenía pensado una fiesta de playa, con faroles, en la noche, con muchos invitados, fuegos artificiales—habla mi madre—. ¡Podría ser en Cancún! Pues ahí vos y Matteo se conocieron.

—¡O una fiesta etiqueta! En uno de los mejores salones de acá, todo muy elegante—habló mi mamá Monica—. Es una buena idea.

—Las bodas en el jardín son lindas, y el jardín de la mansión está mucho mejor que el jardín de mi casa—dice Nina—. Y mi boda fue linda.

Asentí.

—Pero, sentate Luna—Ana me jalo—. Contanos algo que a vos te guste.

Suspiré antes de hablar, me tomaron por sorpresa y la verdad es que no me había tomado el tiempo de pensar realmente cómo quería esto.

Solo sabía una cosa, me quería sentir en las vegas ese día. A la mierda la mucha elegancia.

—La idea de mi madre me agrada—dije—. Quiero que sea en Cancún, quiero cerca del mar, pero en realidad la arena no es mi mejor amiga—confesé—. Sí me gusta estar ahí, pero no el día de mi boda, el vestido sería un desastre—dije.

—Bien, lo más importante es que ya tenemos la ubicación que es la segunda cosa más importante—dijo Ame.

—¿Cual es la primera?—pregunta Nina.

—La fecha.

Claro, la fecha.

Justo en ese momento asoma Matteo junto a los Alvarez, todos se saludan y ahora Matteo sabe todo. Ahora ambos estamos pensando la fecha.

—En un mes—dice Matteo.

¡EN TAN POCO TIEMPO!

—No, es mala idea—vuelve a decir.

¡Gracias al cielo!

—En veinte días—dice.

¡¿QUÉ? Y TRES MIL VECES ¿QUÉ?!

—Antes que Luna no pueda lucir el raro vestido que seguramente comprará—dijo Matteo riéndose.

—¡Que cómico Balsano!

Después de un período de discusión llegamos a la conclusión que definitivamente si sería dentro de veinte días. No me aterraba tanto, pues Amelie era quien haría todo.

—Lugar, especificó de la boda. Por el tiempo necesitamos tenerlo ya, para mañana mismo empezar a hacer las tarjetas.

Mierda, mierda.

—¡En un barco!–dice Ámbar.

—Estás loca—dije.

—¡Es buena idea!—dice mi madre—. ¡Claro Luna! El barco de la familia, es grande y adecuado.

No, no, no. Es muchísimo.

—Pasará cómo el Titanic—dije.

—No estará navegando estúpida, no estaremos ni a cincuenta metros de suelo. Es buenísima idea.

Veo a Matteo que al parecer le gusta la idea.

—Yo...

—Me gusta—dice Matteo—. Es demasiado, cool.

Mi madre me sonríe.

—¡Luna no hay nada mejor!

—¡Luna anda!

Lo pienso una y mil veces, me cuesta aceptar pero lo hago. Pensamos la hora, que obviamente es en la noche y ya tienen los datos para las invitaciones.

Tardamos en decidir otros asuntos pero todo está casi planeado.

El trabajo de Ames es bueno, y confío que dejaran ese barco tipo las vegas, y estaré feliz. Estoy feliz.

Al día siguiente, después de mi rutina mañanera normal Ámbar aparece y me dice.

—¡Estás lista!

—No—digo.

—Ni sabes de qué hablo.

Negué con la cabeza.

—Tu cita con la diseñadora es en una hora, date prisa.

—¿Diseñadora?

—Tu vestido de novia—dice Ámbar cantando.

—Oh—digo—. ¡En serio que eres mi ángel!

—¡El gran día esta cerca!

Demasiado cerca—digo—. Demasiado.

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¡El capítulo 60 nos despide de TLHPT!
¡Gracias!

1 | Todo lo hice por ti Where stories live. Discover now